Gastronomía
Tónica con cuchillo y tenedor
Es extraño verla relajada, sin los nervios previos a una ponencia gastronómica o liada entre sartenes y artilugios culinarios en el taller de investigación de su restaurante.
Como embajadora de Schweppes y especialista en maridaje de aromas y sabores, Elena, una de las mejores cocineras del mundo según la prestigiosa revista «Restaurant», ha viajado a Madrid para trasladar por unas horas a Arzak al Palacio de Santa Bárbara. Un lujo del que disfrutamos un grupo de paladares elegidos. ¿El motivo? La citada marca presentó tres variedades de tónicas botánicas cuyo diseño recupera la forma ovoidal original. ¿Su labor? Emplear el refresco como acompañante de suculentos y creativos platos o como un ingrediente más de los mismos.
Efectos visuales
Para abrir boca, la cocinera sorprendió con una mandioca suflada con foie para degustar con la tónica de ginger & cardamomo «porque equilibra bien el elemento graso del foie», señaló antes de continuar con la ensalada de bogavante, que saboreamos con una copa del refresco con aroma a pimienta rosa: «Realza el sabor del marisco», aseguró antes de que llegara a la mesa el pichón azul con patata del mismo color, que degustamos con el de sabor a azahar y lavanda.
El espectacular «hidromiel y fractal líquido» con efectos visuales sobre el plato sirvió de postre. Para bajarlo, lo suyo fue hacer la digestión con un gin tonic en mano, destino seguro de estas tónicas botánicas durante la temporada. Un trago que no se baja del podio de los combinados que marcan tendencia. Tanqueray Ten, por ejemplo, ha lanzado el Tea Tonic, un cóctel que une la tradición del té inglés con el gin tonic. Basta con servir la ginebra en una copa de balón con hielo e introducir la infusión elegida (Jupiter, Spices, Fresh Citrus, Camomile y Balance).
Durante la sobremesa, Elena habló de su padre, Juan Mari: «Entiendo y admiro su trabajo y, aunque tengamos estilos distintos, nos complementamos. Por eso nos gusta decir que nuestra cocina es un tándem. Siempre estoy rodeada de buenos cocineros y eso es una suerte». Padre e hija investigan los entresijos de la cocina tecnoemocional en Arzak, el octavo mejor restaurante del mundo.
Estudian «cómo influye tanto la multisensorialidad como las emociones del comensal» ante sus platos, que se iluminan al entrar en contacto con la comida, como el rape que llega a la mesa con imágenes del mar como deliciosa guarnición. Lo siven en una vajilla que los chefs han diseñado junto a la casa Philips Design Probes para estimular los sentidos a través de la luz, la vibración del sonido y la corriente eléctrica. «Nuestro objetivo es que el cliente viva experiencias sorprendentes con nosotros. Es la única manera de diferenciarnos de los demás», concluye.
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