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Ginebra

«Trabajo entre 12 y 18 horas al día»

A vuela pluma¡Qué buena docente es Celia Sánchez-Ramos! Ha conseguido que un zoquete como yo entienda sus investigaciones en el campo de la visión. Uno se queda anonadado escuchándola. Su entusiasmo, vitalidad y simpatía personal han obrado el milagro.

«Trabajo entre 12 y 18 horas al día»
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Q ¿Usted lleva toda la vida investigando?
-No, llevo toda la vida como profesora de universidad. La investigación la empecé después, cuando estuve preparada. Siempre, eso sí, en el mundo de la visión.
-¿Qué es Alta Eficacia Tecnología?
-Es una empresa independiente, aunque con base tecnológica de la Universidad Complutense de Madrid, que tiene transferidas la comercialización de las patentes de nuestras investigaciones. Para un investigador es muy importante que se cierre el círculo de su trabajo, es decir, que su idea se investigue, se ponga a prueba, se patente, se fabrique y llegue a la sociedad. Y esto es lo que hace Alta Eficacia Tecnología.
-¿Cuántas patentes tiene?
-Tenemos 13 familias de patentes extendidas a 140 países, que constituyen 448 registros de patentes. Para que todo el mundo lo entienda: tenemos 13 inventos que han generado 448 patentes. Pero son inventos que tienen una trastienda grande, es decir, una investigación publicada previa para que le dé solidez.
-Su currículo está preñado de logros: mejor inventora del mundo, mejor investigadora… ¿Cuántas horas trabaja para conseguirlo?
-Muchas, incontables. Calculo que entre 12 y 18 horas al día.
-¿Cómo se compagina tanto trabajo con la familia?
-Ahora no tengo problema porque mis hijos ya son mayores, pero antes había que criarlos y tuve un parón porque su formación me parecía fundamental. Ese tiempo lo aproveché para formarme más. Las mujeres tenemos dos opciones, tener los hijos muy jóvenes, como fue mi caso, o al revés, tenerlos de mayor y buscar ayuda exterior o en la propia familia. Estoy segura de que a la mujer se le presenta un futuro muy halagüeño, pero hay que articularlo bien a todos los niveles: el empresarial, el personal, el familiar y el estatal…
-¿Qué sintió cuando ganó el gran premio internacional de invenciones de Ginebra?
-Una alegría enorme. Me sentí una privilegiada por ser una mujer del siglo XXI y vivir en el primer mundo. Tenga en cuenta que para una mujer hace 30 o 40 años era algo impensable hacer lo que yo hago. Incluso ahora, a tan sólo dos o tres horas de avión, viven mujeres que no pueden ni soñar con algo así.
-¿Y cuando la propusieron para el «Príncipe de Asturias»?
-Me planteo metas a corto, medio y largo plazo y trabajo para conseguirlas, pero si no las logro no me disgusto. Cuando me propusieron para el Príncipe de Asturias pensé que aún no tenía el currículo suficiente, pero espero que llegue más adelante. Lo que es importante es que la gente vea que conseguir un premio así es factible para cualquiera. Siempre le digo a mis alumnos que esto es como dejar de fumar, «si otros lo consiguen por qué yo no».