Tokio
Japón no conseguirá controlar Fukushima hasta final de año
La Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), operadora de la planta nuclear de Fukushima-1, espera restaurar por completo la refrigeración de los reactores en un plazo máximo de 90 días y estabilizar definitivamente la situación de la central en un período estimado de seis a nueve meses según informó este domingo su presidente, Tsunehisa Katsumata.
Los habitantes de Fukushima, prefectura japonesa en la que se encuentra la central nuclear dañada por el tsunami del pasado mes de marzo, tardarán tiempo en volver a sus casas, después de que la compañía Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la planta, anunciara este domingo que necesitará entre seis y nueve meses para estabilizar la situación.
Por si esto fuera poco, el Gobierno plantea elevar los impuestos para reembolsar los bonos con los que costear la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto y posterior maremoto.
Fukushima no da tregua. Una semana después de que la agencia supervisora de seguridad nuclear (NISA), colgara en la central el cartel de peligrosidad siete, la máxima prevista para accidentes en instalaciones nucleares, este domingo TEPCO ha confesado que tardarán entre seis y nueve meses en hacerse con la situación.
Este calendario difundido por la compañía eléctrica en una conferencia de prensa dada en Tokio, fija un plazo máximo de 90 días para restaurar por completo la refrigeración de los reactores y conseguir así estabilizar poco a poco la situación.
La idea consiste, según TEPCO en alcanzar en tres meses lo que se conoce como una "reducción progresiva"de la reacción, evitando nuevas explosiones de hidrógeno en los reactores 1,2 y 3, así como la emisión de agua contaminada procedente del reactor número 2.
Posteriormente, TEPCO adoptará las medidas necesarias para, dentro de seis a nueve meses, realizar el llamado "apagado en frío"de la central, el término que describe una situación estabilizada.
Más impuestos para pagar la reconstrucción
Un mes después del terremoto y posterior tsunami que asoló el norte del país, el Gobierno japonés estudia ahora de donde sacar el dinero con el que financiar el presupuesto inicial de emergencia con el que empezar la reconstrucción, estimado en unos 48.000 millones de dólares (33.271 millones de euros).
La idea, en cualquier caso, podría encontrar la oposición de varios miembros del Partido Democrático de Japón (DPJ), actualmente en el Gobierno, y otros aliados, que temen que este incremento sea impopular entre los votantes y que afecte a la economía.
Es probable que la emisión de bonos sea necesaria para posteriores presupuestos adicionales, y los mercados han mostrado su preocupación ante la posibilidad de que la reconstrucción pueda retrasar los esfuerzos de Japón para frenar su enorme deuda, ya dos veces superior al tamaño de su economía de 5 billones de dólares (3,46 billones de euros), la más elevada entre los países industrializados.
Por ello, los mercados necesitan la seguridad de que los bonos adicionales serán reembolsados a través de un alza de los impuestos, ha señalado el secretario general del DPJ, Katsuya Okada. "No digo que los impuestos tengan que ser aumentados ahora mismo, pero necesitamos garantizar que los bonos para la reconstrucción serán reembolsados a través de un incremento de los impuestos en el futuro", ha asegurado en declaraciones a la cadena de televisión nacional NHK.
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