Comunidad de Madrid

«La ha matado su padre»

Así gritaba despavorida en plena calle la madre del bebé que apareció muerto en su casa la noche del pasado lunes en el municipio madrileño de Parla. La niña, que tenía tan solo 5 meses, vivía junto a su madre, un hermano y una hermana de ésta, su abuela y el novio de la misma, un menor de 17 años que se encontraba a solas con la pequeña cuando sucedió la tragedia, según informa Europa Press.

La madre de la pequeña tuvo que ser atendida por psicólogos para afrontar la muerte de su hija
La madre de la pequeña tuvo que ser atendida por psicólogos para afrontar la muerte de su hijalarazon

Al parecer, por causas aún desconocidas, la niña sufrió un fuerte golpe en la cabeza dentro del domicilio que, según la autopsia realizada en el Instituto Anatómico Forense, le provocó un fuerte traumatismo craneal. Ante esta situación, el padre tomó la decisión de abandonar a la pequeña y huir, no sin antes enviar un mensaje a la madre, de 21 años, que llegó de manera inmediata al domicilio, un bajo situado en la calle Jaime I El Conquistador. «Ella venía de trabajar y se encontró todo. Al minuto de llegar, salió gritando a la calle: «¡Me la mató, me la mató!».

«La madre estaba demasiado nerviosa y fue su hermana la que cogió al bebé en brazos y se lo llevó al ambulatorio», afirma Miriam, vecina del primero, justo arriba del lugar de los hechos. El joven de diecisite años, natural de Ecuador, al igual que toda la familia, carecía de denuncias por malos tratos y según fuentes vecinales, se trataba de una familia aparentemente «normal». El menor fue detenido el martes por la Policía Nacional y mientras, tanto la madre así como la abuela de la niña fallecida, han estado siendo tratadas por los psicólogos de los servicios sociales de Parla. El Defensor del Menor, a través del jefe del Gabinete Técnico de la Comunidad de Madrid, José Antonio Luengo, pide prudencia hasta esclarecer los hechos y califica como «tragedia» lo sucedido en Parla, según fuentes de Europa Press. También manifiesta que en caso de que el menor sea declarado culpable, acudiría a un centro de menores y la pena máxima que se le puede imponer sería de ochos años más cinco de libertad vigilada. Los vecinos, consternados ante esta desgracia, aseguran que la noche del suceso escucharon gritos de la madre y se lanzaron a la calle para ver qué pasaba, pero nada pudieron hacer por salvar a la pequeña.