Argentina

Argentina es un llanto

«No es un fracaso», dijo Batista. Pero si no lo es, se le parece mucho. Argentina llora la eliminación en su Copa América, que a partir de ahora será la de otro, de Uruguay quizá, que la dejó fuera de las semifinales en los lanzamientos de penalti.

Messi, desesperado en el suelo, después de fallar una ocasión ante la portería uruguaya
Messi, desesperado en el suelo, después de fallar una ocasión ante la portería uruguayalarazon

«Volvé, Diego», decía ayer una pancarta situada en el campo de entrenamiento de Argentina. Batista ha conseguido que la afición eche de menos a Maradona. Todas sus decisiones han sido discutidas. No ha sabido aprovechar la ventaja de tener al mejor jugador del mundo. Messi se vulgariza cuando se pone la albiceleste. En lugar de hacer mejores a sus compañeros son sus compañeros los que consiguen que él sea peor. Nunca ha estado tan lejos de Maradona.
Sólo Tévez le ha dado la razón. Su primera idea fue dejarlo fuera de la convocatoria por el pecado de ser «amigo» de Maradona. Después cedió a la presión popular y le hizo un hueco en el equipo. Su actuación resultó decisiva al fallar su penalti, el tercero de la tanda. Allí surgió Muslera, el portero uruguayo, convertido en héroe popular. Una condición que se había ganado ya en los 120 minutos de juego, especialmente en una doble parada a tiros de Tévez e Higuaín.
Argentina no supo aprovechar la temprana expulsión del «Ruso» Pérez, uno de los centrocampistas de contención del equipo uruguayo, que había conseguido también el primer tanto del partido. A los cinco minutos había adelantado a los uruguayos, que el resto del partido se vieron obligados a defender con la esperanza de que Forlán o Luis Suárez aprovecharan alguna ocasión. Higuaín empató en el marcador y Luis Suárez consiguió que el partido se igualara también en expulsados al forzar la roja de Mascherano.
Nada cambió en la prórroga y en los penaltis apareció Muslera para derrotar a Argentina. Batista dice que quiere continuar. Argentina, no.