Estados Unidos
98 toneladas de acero para tapar la fuga de petróleo
Dos semanas después de comenzar el vertido de crudo en el golfo de México, la empresa British Petroleum (BP) comenzó hoy a trasladar la gigantesca estructura de acero de 98 toneladas que pretende colocar sobre la mayor de las fugas para intentar detener el derrame, informaron a Efe fuentes oficiales.
"La están colocando hoy en un barco para su transporte", explicó a Efe Matthew Schofield, uno de los portavoces del Centro de Información Conjunta de BP y el Gobierno en Luisiana. BP espera que la estructura que ha fabricado en Golden Meadow, cerca de Port Fourchon, Luisiana, pueda estar instalada este fin de semana a 1.500 metros de profundidad, en una operación sin precedentes cuyos resultados son inciertos.La estructura en forma de cúpula recogería el petróleo y lo bombearía posteriormente a un barco contenedor. De tener éxito, la iniciativa reduciría de forma significativa el vertido de crudo, que se calcula fluye libremente al mar a un ritmo de 800.000 litros diarios desde que explotó y se incendió la plataforma de exploración el 20 de abril.Tanto BP como el Gobierno de EEUU reconocen, de todos modos, que la cifra podría ser mayor, e insisten en la dificultad de calcular la magnitud precisa del derrame. A la fuga principal de crudo se suman escapes menores en el oleoducto que se dañó tras el hundimiento de la plataforma operada por BP el 23 de abril, dos días después de una gran explosión en la que fallecieron 11 trabajadores.Pozo alternativoLa multinacional británica trabaja también en la que se considera como "solución definitiva", la perforación de un pozo alternativo cuyo objetivo es interceptar el actual pozo donde se produjo el derrame, a unos 3.965 metros por debajo del fondo marino, y sellarlo.BP reiteró hoy que esos trabajos, que comenzaron el domingo, podrían prolongarse tres meses, de ahí que se estudien alternativas a corto plazo que mitiguen el impacto medioambiental del vertido en las costas de Estados Unidos.Entre ellas, además de la citada estructura de contención, figuran los diez brazos robóticos que trabajan en el fondo del mar tratando de activar la válvula de sellado que falló cuando se produjo el hundimiento de la plataforma. Al mismo tiempo, un vehículo submarino operado de forma remota bombea químicos para disolver el crudo a medida que fluye del pozo.En total, se han utilizado ya unos 590.000 litros de químicos dispersantes. Según los últimos datos divulgados por el Gobierno de EE UU, hay ya más de 200 embarcaciones en la zona trabajando en las tareas de contención y limpieza del crudo que fluye a la superficie y se han instalado miles de metros de barreras flotantes.Esas barreras tratan de aislar el petróleo, que se extrae a continuación de la superficie marina. Los equipos trasladados al área celebraron hoy la mejora en las condiciones meteorológicas que han devuelto la calma al mar y que, de continuar, permitirán reanudar las quemas controladas de crudo.Los expertos también destacan que por el momento no se haya materializado el peor de los escenarios. "Lo que la gente teme no se ha materializado", dijo hoy a The New York Times Edward B. Overton, profesor emérito de la Universidad Estatal de Luisiana."La gente tiene la idea en la cabeza de un Exxon Valdez, con un olor terrible y una marea negra sobre el horizonte esperando llegar a la costa. No esperamos que eso suceda a menos que las cosas empeoren mucho", explicó.El 24 de marzo de 1989, el petrolero Exxon Valdez encalló en Alaska, y derramó 37.000 toneladas de hidrocarburo al agua, lo que originó una tragedia ecológica.Aun así, el impacto económico empieza ya a sentirse, con la prohibición de pescar en las aguas desde el río Misisipi hasta las costas de Florida y la veda establecida a la recogida de ostras en gran parte de las costas de Luisiana.
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