Reino Unido
Una reforma que llega tarde por Soledad Pellón
Un ambicioso plan para sanear nuestra economía. Así se vendía la reforma financiera. Ante la preocupante situación del país y los crecientes toques de atención desde Europa, se establecieron dos prioridades: Reforma laboral para atajar el problema del desempleo y reforma financiera para sanear nuestros bancos, que vieron como la burbuja inmobiliaria les estallaba en las manos. Esta última reforma es la que acapara más interés con un protagonista: Bankia.
El viernes se conocerán más detalles de la operación de saneamiento de la entidad, pero los contribuyentes ya se llevan las manos a la cabeza. Aun es pronto para saber si va a afectar al bolsillo de los ciudadanos pues la contabilidad nacional es capaz de hacer mil artimañas para evitar que se pueda seguir el curso de los fondos que irán a parar a Bankia, pero lo que sí que está claro es que esta reforma financiera llega tarde y mal.
No debemos llevarnos las manos a la cabeza por inyectar fondos a un banco español, al fin y al cabo de esta manera se están garantizando los depósitos de miles de españoles. Lo que está mal es haber tardado tanto en hacerlo. EE UU metió miles de millones de dólares para rescatar Bank of America y Citi y Reino Unido hizo lo propio con Royal Bank of Scotland entre otros. Y no sólo consiguieron salvar sus bancos sino que ya han recuperado gran parte de este dinero inyectado habiendo obtenido además un beneficio por la generación de intereses de dichos préstamos. Aquí hemos preferido negar la evidencia y en vez de haber cogido al toro por los cuernos al principio de la crisis, cuando la deuda de España era inferior al 35% del PIB, lo hacemos ahora, demasiado tarde, cuando la deuda alcanza ya el 75% y la incertidumbre es máxima.
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