De armas tomar por Jorge Urosa

Tuve la suerte de conocer a la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, cuando era estudiante. La sustituí como representante de los estudiantes en el Consejo Social de la Complutense y ya entonces era una mujer de armas tomar. Que una chica fuera la máxima representante estudiantil en la mayor universidad del país en los ochenta no era nada sencillo y demuestra el carácter de la representante en cuestión.

En Madrid, en estos días se está hablando de las instrucciones internas de la Policía, en concreto de las detenciones masivas de inmigrantes. En relación a tal práctica, denunciada por el sindicato policial SUP, es la primera vez en nuestro país que un político se atreve a decir algo que debería ser normal en un sistema democrático. Dijo que iba a enterarse de si lo publicado era cierto. Sin embargo, esto ha hecho que aquellos –que de ser cierta esta práctica fueron quienes la instauraron–, los chicos de Rubalcaba, critiquen su actuación por dudar de la Policía. Nada más lejos de la realidad, quien conozca a la delegada sabrá que va a defender a su equipo a capa y espada. Lo que ocurre es que la señora Cifuentes es una demócrata convencida, no la veo defendiendo a nadie que vulnere derechos fundamentales, a diferencia de algunos que siguen defendiendo a un juez por vulnerar derechos de los ciudadanos.