Hamilton convulsiona la F-1

Hacía tiempo que la Fórmula 1 no era sacudida de esta forma por el ir y venir de pilotos. El rumor existía desde hacía meses y en la noche del jueves se daba por hecho que habría un gran anuncio. Y así ocurrió. Lewis Hamilton y Mercedes hacían público su acuerdo y una vez desatascado el mercado, las piezas empezaron a moverse.

La relación entre Hamilton y McLaren estaba destruida desde hacía meses. Las altas pretensiones económicas del británico no entraban en los planes de la escudería, amenazada a su vez con la posible marcha de su patrocinador principal, Vodafone. El campeón de 2008 lleva 13 años integrado en la escudería, que financió su trayectoria deportiva hasta alcanzar el máximo nivel. Cinco años en la categoría reina han bastado para que la unión entre ambos saltara por los aires. Conforme se acercaba el momento de afrontar la nueva redacción del contrato, Hamilton daba pasos en falso. Primero despidió a su padre como representante y a continuación eligió a la empresa XIX Entertainment para que llevaran sus asuntos. Es la compañía que vela por los intereses comerciales de deportistas como Beckham y Murray, el grupo Spice Girls o la cantante Jennifer Lopez. Muchos criticaron el desconocimiento del mundo de la F-1 de esta compañía, pero finalmente convencieron a Hamilton para marchar a un equipo que todavía está en fase de construcción a pesar de su historia y elevado presupuesto.

15 millones
El origen de todo fue la indecisión de Schumacher, actual piloto de Mercedes. No quiso renovar antes de verano y precipitó a la fábrica alemana a realizar una oferta millonaria al de McLaren (15 millones). Ahora sí, parece que «Schumi» acepta su retirada definitiva. Hamilton toma el camino de un equipo que aún no puede darle un coche ganador y eso es una buena noticia para Alonso y Vettel, que «descartan» a un rival fuerte al menos durante dos años. Y también para Button, que ha sido capaz de destronarle.

La otra gran noticia del día fue el fichaje de Sergio Pérez por McLaren para ocupar el asiento de Hamilton. El mexicano tenía todas las papeletas para sustituir a Massa en Ferrari pero, o alguien no quiso «quemarle» junto a un Alonso en estado de gracia o realmente en Italia veían en él una figura desestabilizadora por su gran rendimiento. Ahora, en McLaren, Pérez tendrá que luchar con la «maldición» de los latinos en este equipo. Senna, Montoya o Alonso sufrieron lo suyo y debieron salir de forma precipitada.