Historia

Francia

Los Grimaldi una dinastía incombustible por César vIDAL

Conocida gracias a las revistas del corazón, la monarquía de Mónaco ha logrado sobrevivir a los embates de Napoleón, Mussolini y Hitler

Alberto de Mónaco, delante de un retrato de su madre Grace Kelly
Alberto de Mónaco, delante de un retrato de su madre Grace Kellylarazon

El origen de Mónaco se pierde en la leyenda. Lo más seguro es que fuera una colonia de los griegos focenses que habría recibido en el siglo VI a. de C. el nombre de Monoikos, es decir, la habitación única. Absorbida por Roma, en 1191 el emperador romano-germánico Enrique VI permitió su refundación. La casa de Grimaldi comenzó a regir la ciudad algo más de un siglo después cuando Francesco Il Malizia conquistó la roca de Mónaco. Según las fuentes, se había disfrazado de monje –monaco en italiano– lo que no dejaba de ser un signo premonitorio.

Los Grimaldi siguieron ejerciendo su poder sobre Mónaco durante más de medio milenio hasta que, en 1793, los revolucionarios franceses se apoderaron del enclave. En 1814, con la derrota de Napoleón, el principado de los Grimaldi volvió a recibir reconocimiento internacional, aunque se vio obligado a aceptar el protectorado del reino de Cerdeña. Es posible que esa situación de semiautonomía se hubiera prolongado indefinidamente de no haber tenido lugar el proceso de reunificación italiana a finales del XIX. Cerdeña se vio obligada a entregar Niza y Saboya a Francia y, de paso, aceptó la independencia de Mónaco. En 1861, un tratado suscrito por Francia y Mónaco se convertía en el instrumento jurídico de reconocimiento de tan importante circunstancia.

Durante medio siglo, los príncipes de Mónaco gobernaron como soberanos absolutos, una circunstancia que concluyó con la revolución de 1910. Supervivientes natos, los miembros de la casa Grimaldi aceptaron una constitución en 1911 e incluso cuando concluyó la Primera Guerra Mundial acordaron alinearse con Francia a cambio de recibir su protección. En un intento de congraciarse con los grandes, Mónaco incluso cedió su territorio para que se celebraran las conversaciones que concluyeron con el acuerdo de Múnich de 1938 que entregó los Sudetes al III Reich y significó el final de Checoslovaquia como nación.

Hubiérase dicho que, por la cercanía a Francia o por el servicio rendido a Alemania, Mónaco se vería libre de los avatares de la guerra. De hecho, durante un tiempo pareció que así sería, pero en 1943 Mussolini invadió Mónaco. El Duce iba a caer poco después a consecuencia del desembarco aliado en Italia, pero Hitler decidió que no debía perder de vista el diminuto territorio controlado por los Grimaldi.


Raniero, príncipe ilustrado
En 1943, los primeros judíos monegascos fueron deportados hacia el exterminio, incluido René Blum, un refugiado de origen francés que había fundado el Ballet de la Ópera de Monte Carlo. Pero también a esta guerra sobrevivieron los Grimaldi y en 1949, al fallecer Luis II, lo sucedió su nieto Rainiero III. Casado en 1956 con la actriz Grace Kelly, Rainiero fue un príncipe ilustrado que impulsó en 1962 una nueva constitución, introdujo el sufragio femenino y abolió la pena capital. No sólo eso. En 2002, firmó un tratado con Francia que garantizaba la independencia de Mónaco incluso en el caso de que se extinguieran los Grimaldi. Quizá sea así algún día, pero, de momento, han demostrado ser una dinastía incombustible.