Lima

La Universidad destaca el tesón de Palafox en defensa de los indios

Mercedes Galán, profesora de la Universidad de Navarra, resalta su implicación con la vida indígena. 

La Razón
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soria- Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Osma-Soria y Virrey de Nueva España, fue lo que hoy en día se conoce como un sindicalista, pero en el siglo XVII. «Fue un hombre al que le preocupaba sobremanera la Justicia y que la sociedad pudiera conocer las leyes», destaca a este periódico Mercedes Galán, profesora de la Universidad de Navarra, quien atribuye a Palafox todo el conocimiento actual que tenemos de las Leyes de Indias.
Gracias a su archivo particular, en 1987 se pudo encontrar la copia original de la Recopilación de las Leyes de Indias, único texto completo no oficial, que data de 1680, que el propio Palafox revisó y trató sin éxito de que se imprimieran para su conocimiento por la sociedad. No en vano, llegó a pagar cuatro mil pesos y a ofrecer su casa como imprenta para lograrlo. «Este descubrimiento posibilitó que supiéramos trescientos años después, quién fue el autor de estas normas: el abogado de Lima (Perú) Antonio de León Pinelo, y no el también letrado Fernando Jiménez Paniagua, que se llevó todo el mérito sin merecerlo», explica Mercedes Galán.
Justos y rectos
La profesora dio el pasado viernes en Soria una interesante y sugerente conferencia sobre la preocupación del Venerable por la Ley y la Justicia y su defensa de los indios, algo que le trajo muchos problemas al futuro beato en su vida. Explica que Juan de Palafox quiso que la sociedad respetara a los indios «porque eran personas justas y rectas y no porque les tuviesen miedo». «Su empeño -continúa- y su tesón por dignificar las condiciones laborales de los indígenas fue verdaderamente encomiable. Quiso que se educaran en la Fe y que el patrono les proporcionara carne para comer. Peleó para que no trabajaran más tiempo del necesario e incluso propuso que los indios tuviesen una hamaca para descansar y más tiempo de vacaciones». La profesora recuerda que una de las reivindicaciones que planteó para mejorar la calidad de vida de los indígenas fue que por cada cinco meses trabajados tuvieran cuarenta días de vacaciones. «Luchó por una sociedad más justa y por sacar a la luz y dar a conocer las leyes», finaliza.