Europa

Drogas

Ocio tóxico al salir de clase

Unos 65.000 estudiantes entre 14 y 18 años (3,5%) han probado una o varias de las denominadas drogas emergentes, un amplio grupo de sustancias que, en muchos casos, se venden en forma de productos legales -como abonos, incienso o sales de baño- sobre todo por Internet y cuyos efectos sobre la salud son desconocidos para la mitad de esta población, a pesar de que pueden provocar intoxicaciones mortales.

Un 3,5 % de los jóvenes ha probado una o varias drogas emergentes
Un 3,5 % de los jóvenes ha probado una o varias drogas emergenteslarazon

"En cualquier momento puede fabricarse una nueva sustancia", alertaba ayer Nuria Espí, delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Éste es el mayor peligro que suscitan las drogas emergentes, de diseño, de síntesis, recreativas. Son numerosos los nombres con las que se ha calificado a esta "moda"que se extiende entre los jóvenes de 14 a 18 años. Así lo corroborá el dato que aportó ayer Espí. Alrededor de 76.000 jóvenes estudiantes ha experimentado en alguna ocasión con uno de estos estupefacientes.

El norte de Europa y en especial Alemania está a la cabeza en el consumo de estas drogas -las anfetaminas son las más consumidas-, pero en España su desarrollo comienza a ser muy popular en ambientes festivos. Los adolescentes que salen de marcha los fines de semana son su principal target. Eso sí, mientras su uso no alcanza el 1 por ciento, la cocaína sigue siendo nuestro mayor lastre, supera el 2,5 por ciento.

Tres perfiles de consumidor
El doctor Magí Farré, uno de los autores del informe, hizo especial hincapié en tres perfiles de consumidor: "El que busca la estimulación a través de anfetaminas, el que opta por alucinógenos como las setas y los que prefieren preparados sintéticos, muchos de ellos derivados del cannabis". Los nuevos diseños que "parte de núcleos químicos fácilmente modificable"son los que más preocupan a los expertos. De acuerdo con Manuel Sanchís, doctor experto en drogas, lo más peligroso es "el policonsumo, ya que se convierte en habitual y casi siempre conlleva el consumo de alcohol". Esto genera una alarma sociosanitaria ya que "los efectos son desconocidos", añade Sanchís. De ahí que la Unión Europea promoviera desde 2005 una red de alertas en la que colaboran todos los implicados para su prevención: centros sanitarios, cuerpos de seguridad y los organismos públicos correspondientes.

Gracias a este sistema, se puede determinar con mayor rapidez la forma de actuar cuando se plantea un caso de intoxicación.

La delegada del Gobierno también insistió el desconocimiento de los consumidores, "la mayoría no tienen ni idea de lo que consumen. Sólo buscan un colocón", afirma. Para lograrlo no dudan en mezclar estas sustancias que encabezan las setas mágicas con alcohol. Por eso, asegura Sanchís, "el policonsumo se ha convertido en algo habitual y sus efectos son aún más desconocidos".

Otro de los grandes aliados de estas drogas de diseño son las páginas web. Son el principal distribuidor de camellos y, según el último recuento del Observatorio Europeo de Drogas, existen más de 600 que se lucren con el consumo de estas sustancias. "En internet, algunos se hacen pasar por vendedores de cacrus y en realidad venden drogas con forma de abono", afirma Farré. Como explica este experto, "el precio oscila entre siete y cuarenta euros. Además, si se prohibe su uso, su coste se multiplica por diez".