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El Sector 6 se derribará
MADRID- Seguramente queden varios años para que eso suceda y harán falta muchas reuniones, acuerdos y trámites previos, pero un día, una excavadora tirará abajo las infraviviendas y búnkeres de la droga que hoy existen en el sector 6 de la Cañada Real, el más marginal de todos y el que tendrá más dificultades para que sus viviendas puedan ajustarse a la legalidad. De hecho, la delegada de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Paz González, adelantó ayer en la entrega del censo municipal ante la Consejería de Asuntos Sociales que la idea sobre los tramos de Cañada que le competen (Villa de Vallecas y Vicálvaro, donde hay 5.666 personas censadas) es instalar en el sector 6 «actividades productivas asociadas al tratamiento de residuos». Y es que la planta de Valdemingómez ya implica, desde el punto de vista sanitario, que el perímetro no sea recomendable para la habitabilidad, por lo que la ordenación del territorio del Consistorio pondrá en marcha irá encaminada a una zona de tratamiento de residuos.
Si finalmente el Ayuntamiento madrileño decide esta ordenación y en el proyecto final no hay cabida para las viviendas que ahora mismo ocupan el tramo –la mayoría son infraviviendas y no cumplirían los requisitos para poder legalizarlas– habría que hacer frente a un gran problema social. Por un lado, allí se encuentra el mayor supermercado de la droga del país –de hecho, según fuentes municipales, a los técnicos municipales que elaboraron el censo no les permitieron entrar en una veintena de parcelas en ese tramo– y sería necesaria la intervención de la Delegación del Gobierno para garantizar la seguridad ante la especial peligrosidad de los desalojos. Por otro lado, habría muchos vecinos que no cumplirían los requisitos para ser realojados. Sin embargo, aunque hay muchos vecinos que quieren un piso y salir de ese barrio estigmatizado por la marginalidad, hay otros que quieren comprar los terrenos. Eso reclaman desde la Asociación de Vecinos del Sector 6. Su presidenta, Elena Martín, es una de las vecinas cuya vivienda sí cumpliría los requisitos para hacerla legal. «Sabemos que tendrán que tirar mucho y sabemos por qué –dice en alusión a la calle de la droga–, pero no todo. Nos tendremos que sentar a hablar», asegura.
Para la zona de Vicálvaro, fuentes municipales aseguraron que, aunque las viviendas se encuentran en mejores condiciones, habrá que tener en cuenta las condiciones geográficas de la Cañada (hay zonas inundables) y la propia ordención del terreno. Porque si finalmente se constituye suelo urbano, tendrá que realizarse un trazado de vías y dotar al supuesto barrio de servicios; lo que implica que habrá viviendas afectadas.
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