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Nico Terol: «Sí soy cabezota»
«Esto te cambia la vida, ahora me conocen en todos lados», asegura
Nico Terol (Alcoy, 1988) resopla agotado después de una larga jornada ante los medios. «No tengo ni idea de todos con los que he estado, no he parado ni un minuto, pero merece la pena», dice el último campeón de la historia de 125cc, todavía metido en el barullo que implica ganar un título mundial.
–¿Ya ha asimilado del todo lo que consiguió en Cheste?
–Más o menos, porque no he podido pararme un día tranquilo en casa. Eso sí, lo estoy disfrutando muchísimo. Se trata de un sueño que tengo desde pequeño y hacerlo realidad ha sido muy bonito.
–¿Hay mucha diferencia entre ser el segundo y ganar?
–Ser campeón del mundo te cambia la vida, especialmente en algunos aspectos. Pero yo soy el mismo de siempre y cuando estoy en casa y desconecto de las carreras hago lo que cualquier chaval de mi edad. Lo que sí he notado es que ahora me conocen en todos lados.
–¿Tras este éxito, sus padres le liberarán de colaborar en las tareas domésticas?
–No, me tocará seguir ayudando en casa, como he hecho siempre. Lo mío es hacer la comida y ahora que estaré más relajado no me libraré.
–Dice Jorge Martínez «Aspar» que le recuerda a él en la cabezonería con la que busca los objetivos. ¿Es verdad?
–Sí, soy cabezota cuando veo algo cerca. Lo doy todo, nunca me rindo y no dejo ningún detalle al azar. Trabajo muy duro, porque no estoy tranquilo si no está cada cosa su sitio.
–¿Cuánta culpa tiene «Aspar» en su éxito?
–Bastante. Él es mi jefe y un grandísimo campeón con mucha experiencia. Está pendiente de todo y me ha ayudado mucho en los últimos dos años.
–Se ha ganado unas buenas vacaciones, ¿no?
–Ahora quiero disfrutar de mi familia, ir un poco al cine, hacer bicicleta de montaña con mis amigos, que me encanta, y marcharme de viaje, aunque no he tenido tiempo de pensar dónde. Es el momento de desconectar para cargar las pilas.
–¿Es capaz de pasar mucho tiempo sin subirse a la moto?
–Intentaré estar tres semanas lejos de ella, no puedo más, porque enseguida la extraño.
–¿Tiene previsto hacerse algún regalo especial o darse un capricho como recompensa?
–El regalo será una «supermotard» que utilizaré para entrenar. Es una herramienta de trabajo, pero al vivir para esto es lo que más ilusión me hace. El capricho, comerme una tarta de chocolate enorme, que me encanta.
–En 2012 salta a Moto2, una categoría complicadísima...
–Para mí es la más difícil de todas, en la que no puedes ni pestañear porque hay mucha rivalidad. Pero la presión va a ser para los que estaban este año luchando por las victorias.
–¿Se impone algún objetivo en su año de novato?
–Mi única obligación al principio será disfrutar. Los resultados ya irán llegando poco a poco con el trabajo.
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