Cataluña
Suicidas
En el Ayuntamiento de San Sebastián, el PSOE cuenta con siete concejales, el PP con seis, el PNV con otros seis y los proetarras de Bildu (proetarras, aunque los haya legalizado el Tribunal Constitucional) con ocho. Resulta incomprensible que con estos resultados gobierne un partido como Bildu, porque es evidente que se ofrecen múltiples combinaciones para evitarlo. El hecho revela una larga historia de dejación ante la violencia política, pero también aclara el legado de Zapatero, que consigue todos sus deseos, hasta los más salvajes, al ceder la alcaldía de San Sebastián a un independentista radical. Esta política ha culminado esta semana con la propuesta de San Sebastián como capital europea de la cultura, una maniobra destinada a demostrar la buena voluntad del Gobierno socialista hacia el nacionalismo violento. Se le ofrece así una plataforma desde la que desacreditar la «no nación» española –potencia ocupante–, y nuestra democracia, democracia ficticia, como van diciendo los amigos okupas e indignados de Rubalcaba. La batasunización de la política española fracasó en Galicia, fracasó en Cataluña y está fracasando, como no podía ser menos, en el conjunto de España. Sólo en el País Vasco ha logrado salir adelante por la complicidad del PNV y el apoyo que le sigue ofreciendo el PSOE, aun cuando el proyecto suponga la derrota de los propios socialistas. El empeño del PSOE por identificarse con los radicales y los violentos tendrá como consecuencia que el PSOE tardará muchos años en volver a gobernar España. Además, la definitiva batasunización del País Vasco abrirá la veda contra todo aquel que no comparta los objetivos radicales. En la diana están (ya) los socialistas… y los nacionalistas del PNV. En el proyecto cultural de Bildu y sus amigos violentos no encaja otro horizonte que no sea el suyo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar