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Marihuana en el sujetador causa del castigo de Jaén

La menor de Baeza admite que fuma porros, un consumo que llevó a su padre a encerrarla con un bocadillo en el semisótano. La menor escapó con un hacha

Marihuana en el sujetador causa del castigo de Jaén
Marihuana en el sujetador causa del castigo de Jaénlarazon

Una bolsita con marihuana en el sujetador que llevaba puesto. Ése fue el desencadenante del castigo que Conchi y Domingo impusieron a su hija de 16 años y que acabó con los progenitores detenidos por haberla encerrado en el semisótano del chalé que su padre se está construyendo en la urbanización de «El Campillo», una zona rural con varias casas de campo desperdigadas situada entre las localidades jienenses de Úbeda y Torreperogil.

Fuentes de la investigación han confirmado a LA RAZÓN que fue este descubrimiento de la madre el pasado 26 de febrero lo que les llevó a imponer a su hija una medida ejemplar para que dejara de coquetear con las drogas. Y es que, según manifestaron los padres de la menor, todos los problemas que existen en la familia –más allá del divorcio de los padres, que tuvo lugar hace seis años– radican, como ya adelantó este diario, en el consumo de porros de la adolescente.

Cigarros y algo más
Al parecer, los padres llevaban varios meses realizando un seguimiento exhaustivo de su hija, lo que les permitió constatar que consume marihuana y algo de hachís. No han podido confirmar, sin embargo, si ha ido más allá y ha probado algún otro tipo de estupefacientes, si bien lo sospechan. De hecho, la propia menor reconoció en el cuartel de la Guardia Civil que se fuma de forma esporádica algún que otro cigarro de marihuana.

Tras descubrir la droga escondida en el sostén, la reacción de los padres fue inmediata y la menor acabó encerrada en la nueva casa de su padre, entre cultivos de olivos y huertas. Según las mismas fuentes de la invetigación, aunque la casa está a medio terminar, ya se encuentra completamente habitable el semisótano. Tanto es así que cuenta con un salón-cocina para reuniones familiares y de amigos. En esta amplia habitación hay dos sofás: uno de tres plazas y otro de dos. El tresillo fue el que utilizó para dormir la menor durante las dos noches que permaneció encerrada antes de escapar. ¿El único problema de su «cárcel»? Todavía no disponía de luz enganchada a la red, por lo que Domingo, mecánico de profesión, había instalado un generador eléctrico. Así, fue en este lugar, y no en un zulo, como se ha llegado a insinuar, donde la hija de Conchi y Domingo fue retenida para cumplir el castigo que le habían impuesto.

El semisótano cuenta con dos ventanas al exterior situadas a gran altura del suelo, además de dos puertas. Una de ellas la dejó el padre cerrada, pero sin llave, el mismo día de la reprimenda tras dejarle un bocadillo para que la adolescente pudiera comer. Fue la otra puerta la que forzó la menor para salir. Y lo hizo golpeando con un hacha la cerradura.

En bata y con un hematoma en el ojo izquierdo abandonó su cautiverio. Deambulando por una zona residencial de Úbeda. Ésta es la escena con la que se topó un vecino de la localidad jienense a las seis de la tarde del pasado 28 de febrero cuando paseaba por la zona conocida como «El Campillo». Al ver a la joven, no dudó en acudir al cuartel de la Guardia Civil y fue así como la menor interpuso la denuncia que acabaría con su padre detenido después de tomar declaración a los testigos, realizar una inspección ocular en el lugar de los hechos y realizar la pertinente exploración a la menor. Con el Código Penal en la mano, los agentes tuvieron que considerar la posibilidad de que se tratara de una conducta delictiva que atentaba contra el deber familiar de proteger a un menor y así se lo comunicaron al padre.

A la espera de informes
De la misma manera, al día siguiente, la Benemérita detuvo a la madre tras constatar que estaba al corriente de lo ocurrido con su hija y que además dio su aprobación al castigo impuesto por el padre. Esa misma mañana, Conchi fue puesta en libertad. Mientras la adolescente continúa en un centro de menores de la Junta de Andalucía, el informe sobre los hechos está en manos de la autoridad judicial y a la Fiscalía de Menores para que determinen si se vulnera la integridad de una ciudadana que no tiene todavía la mayoría de edad.


Denunció a sus padres por malos tratos
Fuentes de la investigación aseguraron ayer a este periódico que la denuncia de la menor a sus padres por «detención ilegal» no sería la única que se ha producido en el seno de esta familia jienense. Al parecer, la madre, que se separó de su marido hace ahora seis años –ella vive en Baeza, mientras que él tiene su domicilio a las afueras de Úbeda–, mantiene una denuncia contra él por impago de pensión. Además, la mujer también habría interpuesto una demanda contra el padre por haber proferido amenazas contra su actual pareja. Por otro lado, las citadas fuentes añaden que la niña ha denunciado a sus progenitores por «malos tratos». Amigos y vecinos de la pareja aseguraban estos días que «padres como ellos, tan trabajadores y entregados a sus hijos, hay pocos», y que todo lo ocurrido ha sido «la chiquillada de una niña que quería salir de marcha».