Chefs
Cada cual lo suyo por Miguel Ángel ALMODÓVAR
Aunque para muchos parezca que el comer insectos es cosa de orientales que devoran todo lo que se menea por tierra, mar y aire, nosotros venimos de una cultura ancestralmente insectívora. Moisés, en el «Levítico», ya recomendaba a su grey, que vino a ser la nuestra, menús a base de langosta, langosta calva, escarabajo, y saltamontes, y Juan el Bautista pasó su reflexivo retiro a base de langostas y miel. Pero con el devenir del tiempo los occidentales empezamos a disponer de una mayor amplitud de productos de contenido proteico y nos pasamos con armas y pertrechos al pollo, la ternera, el pavo o la perdiz. Aunque esté mal que yo lo diga, consumidor durante años de hormigas culonas santanderianas fritas, la sopa de babosas o la ternera estofada con orugas, no me ponen. Como madrileño fetén, donde estén unos caracoles en salsa de «Amadeo» o unas tripas de cordero fritas en su propio sebo de «La Casa de las Gallinejas», que se quiten los antedichos platos. En pitanza divergente, cada cual lo suyo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar