Un vaporizador foco del brote de legionela de Móstoles

MaDRID- El brote de legionela que ha afectado en la región, hasta el momento, a 57 personas ya tiene explicación. Un vaporizador situado a la entrada de la marisquería Moreno II de Móstoles fue el foco de la bacteria. Así lo confirmaron ayer la presidenta regional, Esperanza Aguirre, y el consejero de Sanidad, Javier Fernández Lasquetty. Este aparato, cuya misión es la de emitir vapor de agua para refrescar el ambiente, se encuentra en el lugar en el que los clientes deben aguardar hasta que se les acondiciona una mesa para comer. Según las autoridades sanitarias consultadas por LA RAZÓN, dos circunstancias explican por qué este vaporizador ha transmitido con mayor «efectividad» la bacteria a los afectados: se encuentra en una zona acristalada en la que, en algunos momentos del día, la temperatura es muy alta –lo que favorece el crecimiento de la legionela– y emitía el vapor muy cerca, justo encima, de las personas que se encontraban esperando.

Otro elemento que ayuda a reforzar la tesis de que el vaporizador fue el foco es el hecho de que, desde el momento en el que este sistema fue precintado –el 27 de junio– no se ha registrado ningún nuevo caso. Pese a que desde la Consejería se da casi por seguro que el vaporizador es el foco, los análisis que se realizaron sobre las muestras que se tomaron en estas instalaciones han dado negativo. Para explicar esto, Felipe Vilas, subdirector general de Sanidad Ambiental de la Comunidad, pone como ejemplo un estudio del Ministerio de Sanidad de 2010, en el que en el 68% de los brotes de legionela no se encontró la legionela, pese a que se confirmó cuál era el foco también en esos cassos. «Es muy difícil encontrar la bacteria porque se acantona en las paredes de las tuberías y de los conductos y habría que peinar todo el depósito y todas las instalaciones», subraya Vilas. Para encontrar la bacteria en los análisis posteriores tiene además que encontrarse en concentraciones muy altas. A todo ello, hay que añadir también que la bacteria crecer con dificultad en los laboratorios, lo que dificulta que pueda encontrarse.

Respecto al sistema vaporizador que está detrás de estos casos de legionela, que cuenta con un complejo sistema de filtros y con un depósito intermedio, Vilas recuerda que deben tener un estricto control, que incluye una revisión anual y una limpieza semanal. No obstante, este caso y otro similar que se registró en Cataluña con un vaporizador de similares características deberían servir para, según el subdirector de Sanidad Ambiental, replantearse las exigencias de control de estos sistemas. Precisamente la circunstancia de que el foco del brote se encontrara en un lugar de espera para los clientes y no en el interior del restaurante ayuda también a explicar que sólo uno de los sesenta empleados de la marisquería haya resultado afectados por la enfermedad. Este trabajador, además, presentó síntomas muy leves, por lo que fue dado de alta.

Pese a haberse localizado el foco, Lasquetty señaló que Sanidad continúa la campaña de inspección en los edificios circundantes al restaurante, que están siendo revisados «por segunda vez, uno por uno» en un radio de 500 metros, y que las instalaciones de agua de la marisquería siguen precintadas.

El dato 57 posibles casos
El protocolo de control de la enfermedad puesto en marcha por la Consejería de Sanidad mantenía ayer en vigilancia a un total de 57 posibles casos de legionela, tres más que el martes. De ellos, 39 han sido ya dados de alta. Por contra, 17 se encuentran hospitalizados: 12, ingresados en planta, 3, en la UCI que evolucionan favorablemente, y otros 2, con pronóstico grave también en la Unidad de Cuidados Intensivos. Hasta el momento, sólo una de las personas afectadas, una mujer de 87 años que ingresó en el Hospital de Alcorcón, ha fallecido. Se da la circunstancia de que esta paciente presentaba otras patologías.