Barcelona

Rajoy sus ministros y la cúpula del PP harán «pedagogía» en Cataluña

Intensificarán los contactos con sectores sociales frente al independentismo. Santamaría: «La función de la Educación es que salgan españoles preparados»

El Rey mira al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al inicio de la reunión anual del patronato del Instituto Cervantes
El Rey mira al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al inicio de la reunión anual del patronato del Instituto Cervanteslarazon

MADRID- Estas elecciones catalanas marcarán un antes y un después para el nacionalismo. Previsiblemente porque CiU y ERC podrán leer el resultado como un salto adelante en su ofensiva soberanista, aunque las urnas, en cualquier caso, son las que tienen la última palabra. El PP ha decidido responder a la estrategia del presidente de la Generalitat, Artur Mas, con una «campaña sin complejos», dicen en Génova. Una expresión que recuerda al discurso más combativo contra las «quimeras» independentistas del nacionalismo que los populares emplearon en la etapa de José María Aznar.

El cambio de paso es sustancial por sí mismo y más si se tiene en cuenta de dónde venimos: en todas las últimas convocatorias electorales el PP de Mariano Rajoy ha preferido primar el perfil bajo, muy centrado en la economía, y esquivo con la confrontación por el modelo de Estado. El Rubicón lo marcó el Estatuto de Cataluña y las elecciones generales de 2008. Después de una primera Legislatura en la oposición, en la que el PP dio con mucha contundencia la batalla contra el Estatut, por considerarlo inconstitucional, la segunda derrota en una generales se tradujo en un cambio de estrategia muy inspirado por el sociólogo Pedro Arriola.

Ahora la dirección popular cree que Mas no está sólo en la coartada electoral y que, medianamente que pueda, aun sin tener la mayoría absoluta, en la próxima Legislatura dará pasos sin precedente para pasar a la Historia como el «inventor» de la patria catalana. En esa convicción justifica su decisión de dar la batalla «con pedagogía» y con «un discurso constructivo». Rajoy, sus ministros y la «plana mayor» del partido se volcarán en la campaña en defensa del modelo constitucional y del Estado de las Autonomías. Intensificarán, al mismo tiempo, los contactos con distintos sectores sociales y en todos los niveles para combatir el independentismo. Un primer gesto es la decisión de reunir en Barcelona a todos sus alcaldes y concejales un mes antes de los comicios.

Oficiosamente fuentes del PP admiten que para ser efectivos necesitan un relato único en el que no haya pronunciamientos «inoportunos». Nadie está en desacuerdo, por ejemplo, con las declaraciones del ministro José Ignacio Wert, pero sí hay discrepancias con su verbalización de la falta de libertad que hay en el sistema educativo catalán. Ayer la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, vino a decir lo mismo que el ministro, pero midiendo mucho más los pasos. Por varias veces se le preguntó si hacía suyas las palabra de Wert, y su respuesta, una y otra vez, fue que la función de la Educación es que «salgan españoles bien preparados y que conozcan la realidad de España en sus conjunto y también de sus comunidades». Expresamente no utilizó la palabra «adoctrinar», pero el fondo de su mensaje fue el rechazo a que alguna autonomía, Cataluña o cualquier otra, utilice la enseñanza para algo distinto a la «formación integral del individuo respetando el ejercicio de su libertad». «Es importante que se atienda la libertad de los padres sobre la educación de sus hijos y que haya un equilibrio del conocimiento de la lengua y de los fundamentos de la Constitución y de la nación», sostuvo.

Rajoy: «Barcelona es una capital imprescindible de la cultura en español»
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, destacó ayer que las lenguas están para crear ámbitos de convivencia, que son propiedad de los ciudadanos y que a los poderes políticos les corresponde amparar su derecho a utilizarlas y a conocerlas. En su discurso en la reunión anual del Patronato del Instituto Cervantes, presidido por los Reyes, Rajoy defendió encendidamente el español y la cultura en español. El español simboliza más de cinco siglos de historia en común –subrayó–, la lengua de ciudadanos que decidieron sumar esfuerzos y no subrayar diferencias. Rajoy también reivindicó la importancia de establecer alianzas «nuevas e inaplazables» para favorecer la expansión de la lengua, citando a Barcelona como una de las «capitales imprescindibles de la cultura en español». Además, apeló a la Constitución como referente de una nación de «vocación abierta, inclusiva, constructiva e integradora». «Todos unidos debemos ser los dueños de nuestro futuro dentro de un proyecto común y diverso», manifestó.