Nueva York

Zapatero y el rey de Marruecos cierran en falso la crisis y sólo acuerdan «respeto»

El presidente califica la reunión de ayer en Nueva York como «muy positiva»

Zapatero y el rey de Marruecos cierran en falso la crisis y sólo acuerdan «respeto»
Zapatero y el rey de Marruecos cierran en falso la crisis y sólo acuerdan «respeto»larazon

El primer cara a cara entre Zapatero y Mohamed VI desde 2008 comenzó al cierre de esta edición en Nueva York con el conflicto del Sahara Occidental y la reciente crisis de Ceuta y Melilla como telón de fondo. El rey de Marruecos y el jefe del Gobierno español se reunieron en la sede de la ONU y acordaron trabajar de forma conjunta con «respeto» y «buena voluntad» para superar los problemas que pueden tener dos países vecinos.

Ésta fue la principal conclusión que presentó Zapatero a los medios de comunicación tras su entrevista con el monarca alauí, en la que, según dijo, no entraron en detalles al hablar de Melilla, en cuya frontera se registraron varios incidentes el pasado mes de agosto. El presidente español calificó la reunión de «muy positiva» porque reafirmó los principios de colaboración, buena relación, cooperación, entendimiento y sinceridad con los que España viene trabajando con Marruecos en los últimos años, desde que él llegó al poder.

En sintonía con este clima de comprensión mutua se espera el restablecimiento de la relación bilateral y que la primera medida de buena voluntad por parte alauí sea el envío de su embajador a España, y que dé asimismo el plácet al nombrado en Madrid, Alberto Navarro.

Otro paso adelante en este nuevo clima de concordia sería una entrevista entre el Rey Don Juan Carlos y el monarca marroquí. Poco más salió ayer en claro en Nueva York puesto que, en contra de lo que suele ser habitual, el rey de Marruecos acudió a la Asamblea General de Naciones Unidas con un claro objetivo: lograr todos los apoyos posibles para su plan de regionalización de la ex colonia española. Aunque el Gobierno ha insistido en los últimos días en que la postura española «es la de siempre», esto es, respaldar el plan que decida la ONU, en Moncloa también admiten que «cualquier solución realista tiene que ser aprobada por Rabat». Desde el Ejecutivo aseguran que ambos mandatarios iban a tratar «el estado de las relaciones bilaterales», que son «excelentes». Sin embargo, los incidentes de los últimos meses en la frontera de Melilla demuestran justo lo contrario. Según fuentes diplomáticas conocedoras de la región, «Marruecos está aumentando la presión sobre España porque ve que se le acaba el tiempo». Un hipotético cambio político en nuestro país daría al traste con las aspiraciones de Rabat, que tenía puestas sus esperanzas en este Gobierno.