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Cándido astuto

La Razón
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Es una lástima que Cándido Méndez, patrón de la socialista UGT, no haya querido evaluar los resultados electorales del 20-N. Dirá que ni su central es hermana del PSOE, ni correa de transmisión, o que en España los sindicatos no hacen política. Durante años este oso, bajo cuya tosquedad oculta finas perfidias políticas y declara groseramente que no admite más plazos que los de su hipoteca, ha sido el visitante vespertino esperado recurrentemente en La Moncloa. De los 600 asesores de Zapatero, son legión los que tenían a Cándido por ministro de Economía «in péctore». Este extractor de fondos públicos sostuvo al presidente en su inconcebible concepto de esta crisis como un brote cíclico y pasajero de fiebre capitalista. Su ascendencia sobre ZP debió ser mucha, porque le convenció de que no aplicara las reformas estructurales y antideficitarias que luego hubo de adoptar tarde y mal. ZP queda muy airoso como chivo expiatorio y luce tanto en su papel que parece gustarle, pero muchos le acompañaron en sus disparates, siendo el astuto Cándido protagonista principal entre los biombos. No colaborará con Rajoy y cuenta las horas para calentar la calle. La reforma laboral es sólo un mimbre del cesto que hay que hacer, y por sí sola no crea empleo, pero no va a encallar en ella el Gobierno en ciernes. Mejor los consensos, pero es tiempo de decisiones. La patronal siempre acaba apoyando al Gobierno, sea cual fuere, y los sindicatos, excepto USO, están cogidos por donde todas las ONG, que viven del dinero público. Con Cándido hay que hablar de subvenciones.