Estreno
Abogado McConaughey
Director: Brad Furman. Guión: J. Romano a partir del libro de Michael Connelly. Intérpretes: Matthew McConaughey, Marisa Tomei, Ryan Phillippe. USA, 2011. Duración: 118 minutos. Thriller.
Unos títulos de crédito bajo la influencia estética del cine realizado en los 70 preceden a la película de Furman, adaptación de la novela homónima escrita por ese reputado autor de «best-sellers» llamado Michael Connelly. Y resulta curioso, porque, ambientada en el siempre peliagudo mundo de la abogacía estadounidense, posee un aroma incierto de los «thrillers» que rodaron entonces grandes directores como Sidney Lumet. Al principio del filme algo lleva también prendido en los talones de aquellos tipos duros como piedras, cínicos y sin una moral definida, en línea con el detective que encarnó Sean Connery en «La ofensa», por ejemplo, Mick Haller (un voluntarioso McConaughey; y ni siquiera enseña los pectorales que le han hecho famoso...), letrado criminalista divorciado cuya trayectoria defendiendo a delincuentes de baja cuna cambia cuando se topa con un caso especial: el de un chico de clase alta acusado de agredir a una prostituta. La cinta corrobora, al cabo, la consabida pasión que siente Hollywood por los falsos culpables (Hitchtcock les metió el veneno en el cuerpo hace medio siglo largo) y los inocentes dudosos («Al filo de la sospecha», 1984), aunque al final no hayan partido nunca un plato. O sí, que en dilucidar dicho dilema manido reside el meollo de la cuestión en una cinta voluntariosa y entretenida que no consigue superar, sin embargo, la potencia visual y tan cinematográfica que posee la narrativa de Connelly. Que, por cierto, fue quien propuso el nombre de McConaughey para protagonizarla. Vista la carrera profesional del actor hasta ahora, le gusta jugársela tanto como a sus propios personajes. Aunque esta vez acertó.
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