Euro (Copa) por María José Navarro

Me gustaría pedir un favor al universo: quiero que la Selección juegue constantemente. No creo que sea complicado. Los muchachos lo pasan pipa, Platini engorda y la UEFA hace caja. Podríamos titular ese espectáculo en bucle «Europa contra Eurocopa». No pasa nada si perdemos porque lo importante son los preliminares. A ver si nos entendemos. Se trata de mantener esto vivo para que parezca que lo otro no está muerto, es decir, que aunque lo del Euro esté agonizante, la Euro sirve para desquitarse. Portugal es un país fascinante al que los españoles hemos ignorado sin saber que nos pasa por encima en muchas cosas. Ahí lo tienen, esperándonos, si es que ganamos esta noche. Los griegos pitando el himno alemán, los italianos quizá haciendo lo propio en hombre de sus hermanos argentinos contra Inglaterra. ¿Hay algo más hermoso que estar siempre así, dada la que cae? Sí, amiguitos. Lo de hoy. Jugamos contra Francia, qué más le hubiéramos pedido a la vida. Esos franceses maravillosos, vecinos, facilísimos de insultar, que dan miles de motivos y que tienen a unos guiñoles a los que hacemos más caso del debido. Esa venganza mezquina, pequeña, de país intervenido, de motivación matutina frente a los titulares. Ese es nuestro afán. No nos lo corten. Que esto siga para siempre, que no pare. Que sea otra dimensión más allá de la económica y que nos continúe dando motivos para pegar cortes de manga a los países de nuestro entorno, que diría Rubalcaba. A ver si ganamos. Quién dijo crisis.