Andalucía
Allegro ma non troppo
Las masas están enardecidas. Este fin de semana el nombre de Ramón Jáuregui ha corrido como la pólvora entre los jóvenes y adolescentes botelloneros. Las universitarias en sus carpetas ya no llevan la fotografía del cantante o actor de turno porque en su lugar han colocado la de Ru-balcaba. Y por supuesto Trinidad Jiménez ha desbancado a Elsa Pataky de todas las conversaciones. De Leire Pajín no me arriesgo a emitir un juicio posiblemente equivocado, pero tras el nombramiento de Rosa Aguilar como ministra, tanto el tomate como la fresa, que también son muy rojos, esperan importantes subidas de precio. Luego están los niños, que hacen lo que escuchan en sus casas, y han comenzado a pelearse por los cromos de Valeriano Gómez. En estos momentos, en los recreos de los colegios, un cromo de Valeriano se intercambia por tres cromos de Fernando Alonso, por cuatro de Nadal y por cinco cromos de Iniesta y Cristiano Ronaldo. Aquí, en Andalucía, la alegría es mayor, y el jolgorio ha desbordado el de la Feria de Abril y el Rocío nada más conocerse que la nueva consejera de Obras Públicas será Josefina Cruz. Y es que, como al presidente Griñán, le gusta la ópera. Por tanto, los albañiles saben ya que cobrarán sin problema sus nóminas este próximo fin de mes y las promotoras y constructoras obtendrán préstamos sin fondo y a bajo precio. Además, donde antes había recesión, ahora el perfume de la envolvente Aguayo nos embriaga con un crecimiento del 1,3 por ciento. No hay que hacer caso a las previsiones más prudentes de los analistas de Unicaja, pues es de sobra conocido que de economía saben hasta menos que de fusiones. Y tampoco crean a quienes aseguran que las clases medias están que braman con los impuestos, que los funcionarios son un alarido por su degradación, que los autónomos están que trinan, y que la juventud, sin fe en poder encontrar un mal empleo, ya no cree en nada ni en nadie. Son gente ceniza que suele escuchar la Cope. Y para nuevo tiempo de juego el de Zapatero, no el de Pepe Domingo Castaño y Paco González, que han pasado a un triste segundo plano.
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