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Mato ofrece apoyo a las mujeres que quieran ser madres al margen de presiones
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha destacado el respaldo del Gobierno a las mujeres que quieren ser madres para que no dejen de hacerlo por cualquier tipo de "presión"y el compromiso en la lucha contra la violencia de género, en Día Internacional de la Mujer.
"Es la hora de que aquellas mujeres que quieren ser madres, no dejen de serlo por presiones sociales, económicas, familiares o de cualquier otro tipo", ha dicho Mato en el acto institucional del 8 de marzo, horas después de que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón denunciara "una violencia de género estructural contra la mujer"por estar embarazada.
Con el lema "Mucho camino por recorrer. Igualdad de oportunidades en el mercado laboral", el Gobierno conmemora este año el Día de la Mujer, que dedica al empleo y a la discriminación salarial.
El Gobierno ha anunciado la elaboración de un indicador de la desigualdad salarial, "que permita fijar objetivos y hacer un seguimiento", a través de un informe anual, sobre el que se elaborará el Plan para la igualdad laboral y la no discriminación salarial.
La ministra ha iniciado el acto recordando a las ocho mujeres víctimas de violencia de género de este año, "asesinadas por la sinrazón y la barbarie".
"Cada mujer víctima de esta violencia es un doloroso ataque contra la dignidad como sociedad, pero también el más exigente de los motivos para seguir luchando sin tregua contra esta lacra que tanto daño nos hace a todos", ha asegurado.
En este sentido, ha explicado que la acción del Gobierno se dirigirá a conseguir la implicación de la sociedad en la lucha contra este tipo de violencia, "para que los actos de violencia contra las mujeres no sólo sean judicialmente condenables, sino también ética y moralmente reprobables".
Mato se ha referido en su discurso a una "igualdad de oportunidades, sin paliativos, ni matices", y ha destacado la importancia de la conquista de estos derechos en el ámbito europeo, donde comenzó esta celebración hace 101 años.
"Europa se escribe, no casualmente con nombre de mujer", ha indicado.
También se ha referido a la Constitución Española, que ha definido como la "Constitución de la Igualdad", recordando que el artículo 1 afirma "sin ningún género de dudas, que uno de los valores de nuestro ordenamiento jurídico es precisamente la igualdad".
"El Gobierno quiere hacer de nuestra Carta Magna el símbolo supremo de la igualdad real entre mujeres y hombres; la igualdad de oportunidades es por encima de todo una cuestión de justicia, no de ideologías".
Mato ha recordado las principales cifras de una "desigualdad que se resiste por desaparecer", como que las mujeres con estudios superiores cobran de media un 28 por ciento menos que los hombres o que siguen dedicando más horas al hogar y reciben un 40 por ciento menos de pensión que los varones.
En un momento de crisis, hay que intensificar los esfuerzos "por las mujeres que peor lo están pasando", como las trabajadoras y madres al mismo tiempo, las mujeres que desean ser madres o las víctimas de abusos de violencia física o emocional.
La ministra ha repasado algunas de las iniciativas que el Gobierno va poner en marcha, como los planes de apoyo a la conciliación de la vida familiar, otro de empleo, la racionalización de horarios y el impulso de la Educación Cívica Constitucional.
"La igualdad se construye desde el lugar de trabajo, los centros educativos, los hogares, nuestra familia, nuestras amistades y desde los medios de comunicación", ha dicho.
Durante la jornada se ha abordado la discriminación salarial, en un debate con representantes de sindicatos, patronal, de la universidad y mujeres directivas.
Además, en otra mesa se ha analizado el empleo de las mujeres, en el que han participado la vicepresidenta de la ONCE, Teresa Palahí; Ana García-Oliveros, de IBM; Dulce Subirats, de Mutua Madrileña; José Luis Puche, de Endesa; Marcos Peña, presidente del Consejo Económico y Social y Carla Royo-Villanova, como empresaria emprendedora.
Peña ha lamentado "la paradoja educativa"de que en el caso de las mujeres una mejor educación, no se traduce en mejor empleo, ya que "sus mejores rendimientos académicos, no se corresponden con mejores trayectorias profesionales".
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