Historia

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Mascotas

La Razón
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A todo esto, yo no me he enterado de si este Mundial tiene mascota. De tanto hablar del balón loco jabulani, del estridente barritar de las vuvucelas, de los adivinos y nigromantes, si la ha habido no ha tenido mucha presencia pública. ¡Qué diferencia con aquel Naranjito nuestro de tan infausta memoria cuya presencia sufrimos hasta en la sopa, con serie de animación incluída, y que hasta hace poco todavía daba nombre a algún cascado puticlub con neones rotos o un desvencijado chiringuito con futbolín sin bolas! Puede que las tradiciones desaparezcan según los intereses comerciales, y lo mismo que ha habido dos canciones disputándose el privilegio de ser el himno del campeonato, ganando Shakyra a David Bisbal, la mascota se haya quedado sin homologar y tengamos que decidir quién ha acabado mereciéndose el puesto por destacada presencia y formas para valer de souvenir.Muñequitos de pelusaMuchos votos podría llevarse Larissa, ese sexsymbol paraguayo que anunció que se desnudaría para regocijo público si su selección pasaba a semifinales y que al final lo ha hecho a pesar de la eliminación. Quedan también para el recuerdo las hinchas holandesas ligeritas de ropa que provocaron una censura de patrocinadores. Por su lado, Maradona con su traje de palmero podría valer muy bien para hacer muñequitos de pelusa y llaveros. Estos días se ha hecho a su vez muy famoso el supuesto pulpo visionario que tendría que ser el favorito de los porteros a los que les gustaría tener ocho extremidades. Pero mi favorita sin lugar a dudas como mascota definitiva del mundial, marca e imagen para la memoria, es Angela Merkel, con su figura de botijillo con traje apretado moviendo los brazuelos en compás simétrico para aplaudir. Otra cosa es que ella luego tenga a Zapatero agarrado de la correa como perrillo doméstico. Aunque Zapatero, como mascota, me temo que es de los que acaban en verano abandonados en una gasolinera. ¿Él nunca lo haría?