Murcia
OPINIÓN: Senectud
La vejez es una etapa de la vida con sus luces y sombras. Demasiados prejuicios como la nostalgia, la apatía, la depresión o el abandono personal sólo porque es «lo propio de la vejez». El 50 por ciento de ancianos con depresión se encuentra en los asilos geriátricos. El índice de mortalidad entre los ancianos que no son atendidos lo suficiente ni motivados, pierden su propia estimación y autocuidado. No es que su comportamiento sea normal por los muchos años que tienen sino porque los que están a su alrededor por ignorancia a veces o por egoísmo en lugar de darles estímulos les recuerdan que están en la fase de envejecimiento y que su estado frágil, sus achaques son normales. También decrece la afectividad en su entorno o la finge como si los ancianos fuesen inconscientes o insensibles. Tampoco les beneficia el estar recordándoles que ésta u otra enfermedad es consecuencia de ser viejos. Es cierto que se pierde vitalidad, aumenta el cansancio y se deteriora la mente con la pérdida de memoria, o piensan que les quieren hacer daño. Se vuelven apáticos y buscan el aislamiento voluntario, se manifiestan irascibles, consumen demasiados fármacos... y sobre todo uno de sus mayores enemigos es la soledad por la pérdida de los seres más queridos. Todo un esfuerzo de adaptación y que los familiares o más allegados deben tener en consideración para conseguir el ánimo de la propia estima. No me refiero a esa cruel enfermedad del Alzheimer sino a la falta de atención familiar y social que provoca dichos trastornos al no recibir el tratamiento adecuado. ¿Son un estorbo...? En los proyectos electorales de partidos políticos no se insiste paradógicamente en esta última etapa de la vida como si no existiera. Lo más triste es que muy pocos se interesan por acompañarlos y tampoco reconocen que cuidar a los ancianos es lo más rentable por todo lo que aportan. ¿Por qué los nuevos jóvenes, no todos, excluyen a los ancianos de sus proyectos y no les ayudan a vivir? La familia ha evolucionado y a la senectud se le impide tomar decisiones y se le rechaza. «Los ancianos tienen tanta necesidad de afecto como de sol» (Victor Hugo) ¿Y se les niega...?
✕
Accede a tu cuenta para comentar