Alergias
La clave es «ISAC» por el Dr Bartolomé BELTRÁN
En los últimos años se ha desarrollado el diagnóstico por componentes, que permite saber a qué compuesto está sensibilizado el paciente. Cuál es la proteína que le provoca reacciones «inexplicables» cuando ingiere una fruta, una gamba o cualquier otro alimento sin saber distinguir exactamente cuál es el que le ha producido la reacción cruzada. En este sentido, lo más novedoso es la técnica ISAC (Inmuno-SolidPhais-Alergen-Chip), una técnica que permite detectar mediante procedimientos moleculares el diagnóstico de los alérgenos proteicos. En realidad se trata de hacer un perfil de sensibilidad. Se realiza con una gota de sangre y se pueden analizar hasta cien componentes para prevenir que un paciente no tome alimentos relacionados con la proteína exacta que le afecta. Porque si alguien es alérgico a los ácaros del polvo debido a la tropomiosina y reacciona con asma puede tener de la misma manera una reacción cruzada a los crustáceos debido a la misma proteína y desarrollar una urticaria o incluso una anafilaxia. Una persona puede ser alérgica al polen, al kiwi y al látex, sin saberlo.
El ejemplo más famoso de este tipo de alergias es el de la reacción cruzada del látex con el kiwi, el plátano y la castaña. Es destacable el hecho de que quienes son alérgicos a las lentejas, suelen serlo también a otras legumbres. Las reacciones alimentarias aparecen en un 70 por ciento de todos los alérgicos al polen de abedul, especialmente al ingerir nueces, kiwi, zanahorias crudas, manzanas o peras. De este modo, muchos alérgicos al polen de abedul tienen molestias en la boca y garganta al comer fruta fresca, verdura y legumbres, especialmente durante la temporada del polen. Quiero llamar la atención sobre el hecho de que los fármacos no tienen un papel importante en lo que concierne a la prevención de reacciones cruzadas. En cambio, sí desempeña un papel fundamental la prevención. Seguro.
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