La Paz
España nuevo récord mundial de trasplantes
MADRID- «Nos llamaron para decirnos que había un hígado disponible y avisamos a la familia de una paciente en lista de espera. Era una niña preadolescente con una enfermedad metabólica. Ahora se está recuperando, pero evoluciona bien». El doctor Manuel López Santamaría, jefe de Cirugía Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, fue sólo uno de los eslabones de una gigantesca cadena de trasplantes que ha dado a España un nuevo récord en este campo: 94 implantes de órganos en menos de 72 horas. «No sabía que se habían producido tantos trasplantes», explica el cirujano, sorprendido por la trascendencia de su trabajo.
No es para menos. Se trata de la mayor cifra de trasplantes conseguida nunca a nivel mundial. Así lo cree el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz. «El anterior récord lo teníamos nosotros, y eran 32 trasplantes en 24 horas», recuerda. Fue en marzo de 2009. En esta ocasión ha sucedido algo parecido, sólo que tres días seguidos. Ocurrió el fin de semana del 23, 24 y 25 de noviembre, y participaron 40 hospitales de 14 comunidades autónomas y otros dos de Portugal. Prácticamente toda la Península se mantuvo en una frenética actividad trasplantadora desde el viernes hasta el domingo, especialmente las ciudades con grandes hospitales, como Madrid, que practicó un 20 por ciento del total de las intervenciones. Casi un millar de profesionales se coordinaron para hacer posible el casi centenar de operaciones. No sólo en los centros sanitarios, sino también en una decena de aeropuertos y en los servicios de emergencias y de protección civil de las autonomías implicadas. Para el traslado de los órganos se necesitaron también 12 vuelos, en los que colaboraron varias compañías aéreas.
Familias implicadas
A pesar de la coordinación de los médicos, enfermeros, ambulancias y aeropuertos, el récord no habría sido posible sin la «generosidad» de 39 familias. Fueron los allegados de los fallecidos, que autorizaron el empleo de sus órganos, los que posibilitaron 91 de los 94 trasplantes. El «boom» de la actividad trasplantadora se produjo en un fin de semana, pero, contra lo que se podría pensar, la mayoría de los donantes no fueron víctimas de siniestros de tráfico, sino personas que fallecieron de accidentes de tráfico, muchas de edad avanzada. Uno de los donantes fue un fallecido en asistolia (a corazón parado), una modalidad que la ONT pretende potenciar, habida cuenta del descenso de los accidentes en las carreteras y laborales. Los otros tres trasplantes correspondieron a donantes vivos que cedieron un riñón a un familiar enfermo.
En total todas las donaciones han permitido efectuar 53 trasplantes de riñón (tres de ellos combinados con páncreas), 23 de hígado, ocho de pulmón (cuatro de ellos bipulmonares y uno doble de pulmón y corazón), seis de corazón y uno de intestino.
En cuanto a los receptores, dos de ellos fueron niños (una, la paciente pediátrica que salvó la vida en La Paz). Otras dos de las personas que se han beneficiado del récord de trasplantes estaban en «urgencia cero». Así es como se denomina a la situación en la que, si un paciente no recibe un órgano en las 24-48 horas siguientes, es probable que fallezca.
A la vista de estos buenos datos, la ONT espera acabar el año con un aumento en la donación, después del ligero descenso de 2010. De acuerdo con los cálculos de Matesanz, 2011 cerrará con entre un 6 y un 8 por ciento de incremento en los donantes, lo que supondría una nueva cifra histórica. De hecho, la organización ya constató el pasado mes de junio un aumento significativo en los trasplantes más comunes, y cada día cinco familias dan su autorización para que se donen órganos.
Sin embargo, no todo son buenas noticias: cientos de personas aguardan en España para recibir un órgano. Sólo en el hospital donde el doctor López Santamaría salvó la vida de una niña en el último fin de semana de noviembre, otros 20 menores esperan un trasplante de hígado.
«Ese mismo día un niño falleció»
Pese al éxito de la Organización de Trasplantes, los médicos recuerdan que todos los años mueren cientos de pacientes en lista de espera. Y los menores, por ser sus trasplantes más complicados, se llevan la peor parte. Manuel López Santamaría, jefe de Cirugía Pediátrica de La Paz, lo explica: «En esos tres días hicimos un trasplante hepático a una chica que ahora se recupera. Pero el mismo día, un niño que estaba en lista de espera en la UCI empeoró y falleció».
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