Publicidad por la cara: llega el hombre anuncio total

Crisis económica y propuestas insólitas de negocio van unidos de la mano, de eso no hay duda. La desesperada situación laboral pasa factura y mientras unos recorren los comercios, empresas y la red incesantemente en busca de trabajo, otros lo hacen a su manera: vendiendo su cara a la publicidad.Cuando la competencia aumenta y la demanda disminuye, el mundo de la publicidad se ha convertido en un salvavidas imprescindible para no caer en la bancarrota, y de eso ha sabido sacar provecho este alemán, Uwe Troeschel, ofreciendo su cara como soporte publicitario.Si no hay trabajo, habrá que crearlo. Con esta declaración de principios hadado un paso adelante el alemánUwe Troeschel, quien aseguraen declaraciones al periódico ‘Bild' que "la necesidad es la madre de la invención", para justificar el por qué de su propuesta de negocio. Si su osado plan triunfa, quizás sea el primer paso de un nuevo modelo de publicidad. Se acabaron los hombres-sandwich paseándose por las calles con un cartel. Ha llegado la publicidad por la cara.100.000 euros por anunciarse en toda la caraSegún explicó Troeschel al mismo medio, tiene la intención de montar su propio negocio, un museo en honor a la raza de perro San Bernardo, por la que siente una gran pasión, que le vendría acostar un total de 100.000 euros.Lo tiene todo pensado y desglosado según el valor económico del lugar donde se sitúe el tatuaje. De este modo, la frente costaría 50.000 euros, mientras que los negocios más modestos podrían optar por aparecer en las mejillas (20.000), la barbilla (5.000 euros), la nariz por 2.000 euros, o la opción más barata, en el maxilar inferior por 1.500. Algo parecido hizo hace tiempo Karolyne Smith, quien se tatuó el logotipo de GoldenPalace.com en la frente por 10.000 dólares.Curiosamente, el precio total de su cara se sitúa en los 100.000 euros, cifra exacta que le hace falta a este amante de los animales para montar su ansiado museo. Mucho se lo tiene que haber pensado Uwe para vender su cara a la publicidad. Iimagínense ir con un sello publicitario tatuado en la cara con, por ejemplo, 70 años.