Lyon
La obsesión
La conquista de la décima Copa de Europa no es un sueño para el madridismo. Es obsesión. Se ha convertido en meta tan idealizada que avanzar hacia ella parece el objetivo más importante de la historia del club. Resulta casi absurdo que una entidad tan laureada se plantee nueva victoria como deseo irrefrenable. Sería chocante que la décima produjera histerismos.
Florentino Pérez, siempre mesurado en declaraciones y actitudes, no pudo reprimirse en Lyon cuando marcó Benzema. Casi emuló al presidente Sandro Pertini en la final mundialista de 1982, en el Bernabéu. El tanto le emocionó y se puso en pie. No aguantó la tensión de vivir en el estadio lionés con el peligro de nueva eliminación y el gol le alteró. La actitud inesperada del presidente tiene segunda lectura. Florentino siempre ha tenido aprecio por el francés y que consiga goles en ocasiones vitales como la de Lyon le debe producir íntima satisfacción.
Benzema es un órdago entre el propio presidente y Valdano, frente a José Mario. En Lyon la nueva estrella, la petición expresa de Mourinho, el togolés Adebayor, fue sustituido por quien acabó convirtiéndose en el héroe. Fue natural que Florentino se pusiera en pie.
Posdata. Febrero ha hecho mella en el Barça. Valdés y Xavi, lesionados. Hay palmeros.
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