Miami

El trampolín de Florida

El trampolín de Florida
El trampolín de Floridalarazon

MIAMI- Rod Smith se encontró ayer con su amiga Nancy a la salida del centro electoral de la calle 2 de South Beach, una zona residencial de Miami. Como siempre, tuvieron su eterna discusión: Rod, republicano, le dio su voto ayer al ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney. Nancy, independiente, que votó a Barack Obama en 2008, tiene sus dudas sobre la capacidad de los candidatos conservadores para crear puestos de trabajo.

En cambio, Rod lo tiene bastante claro: «Conozco a Mitt desde el colegio. Fuimos juntos en Michigán [estado natal del candidato republicano, donde su padre fue gobernador]. Y para sacar al país de la crisis confío en un hombre que tiene una fortuna de más de 200 millones de dólares. Veremos a una persona muy diferente en los próximos debates y, sobre todo, el día en que se enfrente al presidente». De Romney se ha criticado su actuación débil en los debates televisivos, excepto en el de Jacksonville (Florida) el lunes.

Ayer por la mañana, el candidato moderado se mostró fuerte. El lunes se puso a cantar en un acto electoral con los votantes. Por su parte, Gingrich aseguró que no se va a dar por vencido. En la media de las encuestas de intención de voto ayer por la mañana, Romney ganaba al ex presidente de la Cámara de Representantes por 13 puntos. De esta forma, los republicanos de Florida escogieron candidato para representarles en las elecciones presidenciales con dos asuntos en la cabeza: la economía y la fortaleza del mejor para derrotar a Obama en noviembre. El cubano americano George de Armas, de 41 años, fue ayer al centro electoral del ayuntamiento para votar por Newt Gingrich porque «tiene mucha experiencia y es el mejor para ganar a Obama».

Carlos E. Muñoz también se decantó por el ex congresista de Georgia. «Gingrich estabilizó el presupuesto cuatro veces cuando trabajó en la Cámara Baja con el presidente Bill Clinton, que no hubiese podido hacer nada por sí solo. Tuvimos una gran época de bonanza gracias a Gingrich. Si pierde en Florida, podrá seguir adelante porque todavía quedan los ‘caucus' de Nevada y Maine y otras primarias muy importantes», indicó el estadounidense de origen cubano.

Alan Reynolds, de 51 años, vecino de Miramar, quiso esperar hasta el final para tomar su decisión. «Quiero ver si sale algún trapo sucio a última hora. Yo voté a Barack Obama en noviembre en las elecciones pasadas. Pero, el 5 de abril de 2009 me hice del Tea Party. Estoy cansado y Obama me ha decepcionado. No pensé que iba a aprobar leyes sin sentido, gastar tanto dinero y rodearse de gente con tan poca experiencia. Mi mujer acaba de ser tratada de cáncer, pero quiero saber qué habría pasado si hubiésemos tenido la sanidad de tipo socialista que ha aprobado el presidente», explica este americano, que al final se decantó por Romney.

El periodista de «Politico» Alexander Burns explicó que Romney estaba obligado a ganar en Florida ayer. «El establishment no lo ha dicho en público, pero sabemos que los líderes del Partido Republicano están alarmados ante la idea de que Gingrich pueda ser el nominado. De momento, les ha frustrado los resultados de Romney antes de llegar a Florida, al perder en Iowa y Carolina del Sur. Gingrich ha muerto y resucitado en la campaña dos veces. Pero después de todo lo que hemos visto estos días, sobre todo con los ataques mutuos, el gran ganador ha sido Obama».

La pregunta ahora es qué ocurrida después de Florida. Gingrich ha prometido que estará en la carrera por la presidencia hasta el final. Ayer proclamó ser «el mejor candidato» contra Mitt Romney. «Los que sigan esta noche las elecciones podrán darse cuenta de que el voto conservador es mayor que el del gobernador Romney. Así, tenemos que buscar una forma para que los conservadores se puedan unir», indicó sin mencionar a Rick Santorum para que se retire de la carrera. Si bien Florida es el gran premio del proceso de primarias, con 50 delegados, lo cierto es que se necesitan 1.144 para proclamar victoria y representar al Partido Republicano en noviembre. De momento, Gingrich cuenta con 23 y Romney con 9.

Las encuestas dieron como ganador a Romney, aunque Gingrich tiene la vista puesta en el «Super martes», que se celebrará el 6 de marzo. En esta fecha se decide candidato en más de diez estados, entre ellos, uno de los más importantes en las elecciones presidenciales: Ohio.

Muñoz, que se presenta a las elecciones del condado del distrito 5, indicó que «Obama puede destruir a Romney en los debates, pero no a Gingrich. Es posible que podamos ver un «ticket» electoral (candidatura presidente y vicepresidente) con Gingrich y Rick Santorum, y así será fácil ganar Pensilvania, que es un estado muy importante», explicó en referencia a que Santorum ha sido senador de este último estado y que se ha tenido que retirar de la campaña por la enfermedad de su hija de tres años, que padece una enfermedad incurable.

Aún quedan por delante elecciones en muchos estados, en los que el ganador no se lleva todos los delegados de cada uno como sí ocurre en Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur o Florida. Se empieza a comparar esta batalla con la que libraron hace cuatro años el actual presidente y la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Entonces, la ex primera dama tuvo que conceder la victoria a Obama a regañadientes después de recibir las presiones de las figuras del Partido Demócrata. Y Gringrich es capaz de presentarse en la Convención Republicana de agosto en Tampa, donde de forma oficial se entregan los delegados al candidato, para luchar hasta el final. Y así hacer de esta pelea la más dramática y sucia que se ha visto en los últimos años.

 

La generosa donación del magnate
Gingrich asegura que, aunque pierda en Florida, seguirá luchando hasta el final en la carrera por la nominación. Esto será posible por las donaciones que está recibiendo su campaña y también a las organizaciones como Super PAC, que recaudan dinero sin límite. La que apoya a Gingrich, Winning The Future, ha recibido 10 millones de dólares del magnate de Las Vegas Shelton Adelson, una de las donaciones más altas de la historia.