Barcelona

«Las guerras eran antes más estéticas»

Augusto Ferrer - DalmauProfesión: pintor de batallas.Nació: en 1964, en Barcelona.Por qué está aquí: lo vendió todo en su última exposición, «Con África en el corazón». Van a hacer miniaturas basadas en su obra.

 
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–Empezó pintando paisajes y ahora es pintor de batallas. ¿Pasó de campesino a comandante?
–Ja, ja, ja. Pasé de peón agrícola a sargento chusquero.

–¿De dónde le viene su pasión por lo militar?
–De mi madre, hija de militar. Me inculcó el amor a España y al Ejército de pequeño.

–Eso les sonará muy antiguo a muchos...
–Sí, amar a España y al Ejército no está de moda en la España de «Gran Hermano». Soy un hombre de otro tiempo: me gusta más el pasado que el presente.

–¿Le gustan las guerras?
–Las guerras en sí, no; me gusta la defensa de nuestros valores, y si por ellos hay que luchar, se lucha.

–Las guerras no son tan bonitas como en sus cuadros...
–Nunca lo han sido. Pero antes las guerras eran más estéticas.

–Le llamarán militarista y facha, ¿no?
–Me llaman de todo. Si alguien me califica así, no me importa lo que diga esa persona. Y además, no es verdad.

–¿Es un pintor que quiso ser militar?
–Sí. Me presenté en la academia militar de Lérida y no pasé el examen. No era un buen estudiante.

–¿Le gustaría ir a las guerras y pintarlas en directo?
–Me gustaría mucho. Ir a tomar apuntes. Ver para pintar.

–Pero los tanques no son tan estéticos ni bellos como los caballos en una carga de húsares o lanceros...
–Cierto. Son muy feos. Y los uniformes de ahora también son feos.

–Pinta mucho por encargo. ¿Quién le solicita más?
–Coleccionistas, gente a quien le gusta la temática militar. Muchas mujeres, por cierto. Parece que les encanta los del húsar y el lancero...

–Sus cuadros destilan épica. ¿Hay guerras necesarias?
–Las hay y las habrá siempre, porque hay buenos y malos, y los buenos tienen que defenderse de los malos.

–La cosa está en quién decide quiénes son los buenos y quiénes los malos.
–Está clarísimo. El que quiere lo del vecino o imponer algo a los demás, es el malo.

–Dice Pérez-Reverte que usted y su obra son algo especialmente raro...
–Un poco, sí. Me veo raro y me miran raro.

–Y eso que no va vestido de lancero bengalí...