España

«El sexo nos hace más humanos»

La francesa revela en su última novela, «Diario de una mujer pública», su paso por el escenario oscuro de la televisión y los misterios del sexo que se esconden tras la pantalla 

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Sorprendió a toda España con su libro «Diario de una ninfómana», llevado también a la gran pantalla, en el que daba una visión desde dentro y desde una perspectiva nueva y controvertida de la prostitución. En «Diario de una mujer pública» (Plaza & Janés) narra en primera persona su paso por otro escenario oscuro, el de los entresijos de la televisión y la doble cara de los personajes públicos y el lado amargo de la fama, donde no falta el sexo.

-¿Qué ha aprendido del mundo del sexo desde la publicación de su primer libro hasta éste?
- He aprendido que el sexo es el elemento que mejor define la condición humana, que el sexo nos hace más humanos y no más animales, como muchos creen, y que durante el encuentro sexual es cuando una persona puede llegar a ser realmente ella misma ya que se desprende de su máscara social.

-Como sexóloga, ¿cuáles son los temas en los que la sociedad necesita avanzar más respecto a la sexualidad?
-En el sexo mismo, que va más allá de la «noción del follar» y «la genitalidad». Este gran árbol que es la genitalidad nos impide ver el bosque que es el sexo. El día que eso se consiga, ya no habrá más dificultades sexuales tipo vaginismo, eyaculación precoz, medidas del pene, frecuencia de relaciones, etcétera.

-En una de las escenas, en su affaire con un presentador, éste rechaza ponerse el preservativo, ¿cree que aún no existe conciencia de la transmisión de infecciones?
-Conciencia hay, pero tengo la sensación de que está muy reprimida ahora. Es normal, se ha hablado durante mucho tiempo, hasta la saciedad, de las ITS, hasta llegar a cierto alarmismo. Y luego se ha dejado de hablar completamente de ellas. Nunca ha habido una justa medida.

- ¿Existe un perfil de persona con peculiaridades eróticas como algunas que aparecen en su libro, tales como el fetichismo o el sadomasoquismo?
-No hay un perfil para minorías eróticas. Establecer un perfil es enjuiciar a los que tienen ciertas preferencias eróticas y marginalizarlos. Nos han enseñado que mantener relaciones sexuales empieza con los preliminares, continúa con el coito, y acaba con el orgasmo, pero en las minorías eróticas no existe este esquema. En el deseo todo vale siempre que los involucrados hayan llegado a un acuerdo consensuado.

-¿Existe realmente la ninfomanía?
-¡Claro que no! Es un invento del hombre para controlar el deseo femenino que es tan complejo de entender. Lo que sí hay son psicologías adictivas, un concepto absolutamente diferente.

-Una de sus peores experiencias como mujer pública es haber tenido un acosador, tal y como cuenta en su libro. ¿Cree que están las mujeres protegidas ante el acoso sexual?
-Es un tema delicado que hay que tratar caso por caso. Creo que las que denuncian sí obtienen cierta justicia. Desde luego, hay como un resurgimiento que consiste en proteger a la mujer, pero no así con los hombres. También hay hombres que sufren acoso, maltrato, y no por ser una minoría hay que hacerles menos caso.