Zaragoza
tan lejos de la noticia
Séptima de la Feria del Pilar. Se lidiaron toros de Valdefresno, el 6º sobrero de Los Bayones, bien presentados, mansos y deslucidos de juego. Más de media entrada.- César Jiménez, de azul pavo y oro, dos pinchazos, aviso, estocada trasera (saludos); cinco pinchazos, aviso, media baja, tres descabellos (silencio).- Matías Tejela, de rosa y oro, pinchazo, estocada caída (silencio); dos pinchazos, estocada caída (silencio).- Paul Abadía «Serranito», de azul y oro, tres pinchazos, bajonazo, aviso, dos descabellos (silencio); dos pinchazos, aviso (silencio).
La noticia del día estaba clara. De Interior a Cultura. De Cultura al cielo, como la panacea. Que Dios nos dé cabeza para discernir el camino cuerdo de nuestros errores, que no son pocos ni leves. El reconocimiento del toreo como Arte tiene una parte bellísima, pero para eso no es necesario que venga un ministerio a reglamentarnos. Ver a Morante de la Puebla mecer a un toro es soñar con el arte y no saber si uno está despierto o está dormido. Y ése es el arte, el de Juli, el de Manzanares, el de Tomás que nos devuelve el espíritu de sentarnos en una plaza de toros y lamernos las heridas. Ayer era día de celebración, porque las figuras habían salido del ruedo, se habían unido sin diferencias y sin fisuras, y habían plantado cara al color político, en las antípodas de la simbología torera. Rubalcaba dio el «sí» tan anhelado por los de luces pero la clave está en la hoja de ruta. En mirarnos, ahora sí, el ombligo sabiendo que gran parte de nuestros problemas de hoy vienen de la mala gestión del ayer, del abuso, de la manga ancha y de las secuelas de no sembrar. Y de tanto no sembrar llega un momento que no se recoge. Y al débil es muy fácil atacarle. Más cuando no existe una estructura fuerte que aguante los golpes. Los toreros se han fajado, el trasvase parece hecho. ¿Qué pasará con el recurso de inconstitucionalidad de Cataluña? ¿Y con declarar los toros Bien de Interés Cultural? Ésa sí es la manera de proteger la Fiesta. Blindarla. Que no la hieran. El grueso gordo está por hacer. Y en los momentos fundamentales, nos hemos quedado con el culo, perdón, al aire. Ante la prohibición de Cataluña el Gobierno consintió, calló, parece que sentó bien. Y hace pocos días el PSOE en el Senado impidió que los toros se declararan BIC. El cambio de Interior a Cultura atiende la petición que le han hecho los protagonistas, pero en las cuestiones fundamentales, nos han reventado. El camino es lento y ojalá sea cuestión de fe. Lo que queda claro es que las figuras van a por todas.
Ni con toda la fe del mundo hubiéramos remontado la tarde de ayer. La corrida de Valdefresno, mansa declarada, apretó para los terrenos de tablas y huyó de la pelea siempre que pudo. Así, César Jiménez dejó el toreo más relajado de la tarde ante el primero, flojo y soso, pero con buen son. Firmó naturales buenos, lástima que faltara fondo y filo en la espada. Menos tono tuvo la faena al cuarto, un toro que estaba bajo mínimos y acabó por rajarse. Otro más. Lo hizo el quinto de Tejela, que se había visto en segundo lugar con un Valdefresno que iba al paso, muy despacito. Quedó inédito el madrileño. Serranito sustituyó a Uceda, baja de última hora. Nada pudo hacer con el rajado tercero y se esforzó con el sobrero sexto de Los Bayones, que fue manejable. La espada, talón de Aquiles de toda la tarde, nos alejó de la corrida, del arte y de la noticia. Tan lejos de todo.
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