Andalucía

Rozando la miseria

La Razón
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En Andalucía no hemos parado en media vida de rozar cosas. Apenas nos hemos movido del sitio en esta especie de yenka de pasitos adelante y atrás que en treinta años no han variado un ápice nuestra perspectiva ni nuestra posición en el mundo, pero ahí seguimos, avanzando mucho y rozándolo todo. Ahora estamos rozando el 30 por ciento de parados, ahí es nada. Subimos y bajamos con una facilidad pasmosa que no supera ni siquiera un gallego y de rozar la «tercera modernización» –magnífico palabro insustancial inventado por Chaves para ocultar el quietismo– hemos pasado a rozar los peores síntomas de nuestro pasado.
Un treinta por ciento de andaluces ya roza, de hecho, el éxito total de verse alistado en el insuperable termómetro económico del paro. La tercera modernización era al parecer eso, un plan magistral que multiplicaba por diez el número de personas alistadas al INEM –de la tercera al treinta y de la cuarta al cuarenta, y me llevo lo que pueda de la cuenta– mientras el asunto se iba solucionando por partes, como en los barcos suele salvarse a los náufragos. Primero se salvó a los parientes en ERE, chapuzas y fullerías, después se silenció al indiferente y más tarde se sumergió a los disidentes. Y de fracaso en fracaso hasta la victoria final vamos camino de ese éxito absoluto que se alcanzará cuando el último de los trabajadores andaluces pierda su empleo o sea la vida lo que pierda el último de los parados. El consejero de Economía lo ha dicho poco más o menos así, pero con más sorna y más retranca porque no es que lo datos sean en verdad positivos, pero es que la culpa la tiene nuestro mayor crecimiento demográfico.
Y ahí es donde quería yo llegar. Esta crisis mundial será todo lo sistémica y global que se quiera y Griñán y Zapatero serán irresponsables ante ella, pero en Italia tan sólo tienen un ocho por ciento de paro, en Francia un diez y en Alemania un seis mientras que aquí superamos el veintiuno con Andalucía rozando el treinta, y cuatro de sus provincias superando el treinta y dos por ciento. Al parecer, tantos bloques de pisos construidos en los últimos años y tanta urbanización levantada a pie de playa no han dejado ver a los políticos lo que ocurría en la calle. Porque nunca hemos rozado nada. De rozar algo, lo cierto es que sólo rozamos la miseria y a punto estamos de tocar la revuelta con la yema de los dedos.