Jubilación
CiU salva a ZP
A los dirigentes del partido de Pujol les hemos oído en los últimos tiempos diferentes discursos contra Zapatero, atribuyéndole la responsabilidad de la actual situación de España. No les faltaba razón en sus críticas, y así ha sido reflejado en las encuestas. El problema es que, al final, ha sido CIU quien ha salvado a ZP de una derrota parlamentaria que le habría obligado a convocar elecciones anticipadas. Una pena porque el país no puede continuar como está. Por eso ayer era importante votar «no» a las medidas urgentes que el presidente llevó a la Cámara, empujado por la UE. No sólo porque se trate de medidas injustas, sino sobre todo porque se han adoptado sin pensar, deprisa y corriendo, sin consultarlas con nadie, sin sopesarlas apenas. ¿Por qué no se debatieron en la famosa comisión Zurbano, que tenía que dirimir precisamente las soluciones a la crisis y los planes a aprobar para contener el gasto público y generar confianza? En Zurbano se perdió el tiempo y el dinero sin que las conclusiones de aquella comisión hayan servido para nada. A las pocas semanas ha habido que tomar unas medidas que poco tienen que ver con lo que predicaba el PSOE, con el mismo estilo desordenado de siempre, rompiendo consensos tan elementales como el logrado con relación a las pensiones. Por eso se entiende perfectamente que el PP defendiera ayer el «no». Porque los populares nunca hablaron de congelar las pensiones ni de bajarle el cinco por ciento el sueldo a los funcionarios. Hablaron todo el tiempo de recortar el déficit público pero con un plan global que abarcara a todas las administraciones y pusiera el acento en lo que sobra de verdad: empresas públicas innecesarias, televisiones autonómicas deficitarias, subvenciones, sueldos exagerados, exceso de ministerios y organismos públicos, pesebres culturales, subsidios, asesores, embajadas autonómicas, derroche en la Sanidad, etcétera. Se trata de hacer un plan en el que, lógicamente, habría que pedir a los funcionarios el mismo esfuerzo que al resto de la sociedad. Pero no sólo a ellos. Compensar el recorte con el denominado «impuesto de los ricos» tampoco se sostiene, pues los «ricos» tienen perfectamente organizado su patrimonio a través de un laberinto de sociedades que difícilmente va a poder controlar Hacienda. El «impuesto de los ricos» será un impuesto que recaerá otra vez sobre las clases medias.Zapatero se salvó ayer gracias a la abstención de CIU. Estuvo hábil y brillante Duran Lleida diciéndole al presidente del Gobierno que no le queda más salida que la dimisión y la convocatoria de elecciones. Algo que acabará ocurriendo seguro más tarde o más temprano. Pero que siga la actual política será desde ahora responsabilidad de CiU, y no debería quejarse el partido de Artur Mas en exceso de que Zapatero se siga equivocando. Porque medidas como las que aprobó el Gobierno in extremis son ciertamente necesarias. Pero la realidad es que servirán de poco con un Ejecutivo empeñado en gobernar a golpe de bandazo y rectificación. El problema del país es sobre todo de confianza. Y CiU, con su abstención salvadora, no contribuye a cambiar el escenario. La desconfianza la genera Zapatero. Convergencia ha optado por mantenerlo en el poder.
✕
Accede a tu cuenta para comentar