Londres
Dimite el jefe de Scotland Yard por recibir sobornos
El escándalo de las escuchas ilegales del dominical sensacionalista «News of the World» jamás se vio como un asunto aislado para el imperio del magnate Rupert Murdoch. Cuando se empezó a tirar del hilo se descubrió una peligrosa maraña formada por Prensa- Políticos-Policía que dejó en muy mal lugar al sistema.
Una cosa es que los británicos sospecharan e hicieran la vista gorda. Otra muy distinta es que salgan a la luz pruebas que involucran a los unos y a los otros en un caso que está revolucionando al país.
En Reino Unido, el escándalo se bautizó desde un principio como la crisis de las tres «P», así que la dimisión de Paul Stephenson ayer por la noche como comisario jefe de Scotland Yard tampoco pilló por sorpresa. Al fin y al cabo, a los otros dos frentes ya les ha apuñalado bastante. A Murdoch se le han ido yendo uno a uno todos sus lugartenientes y a David Cameron se le ha acorralado en el número 10 de Downing Street con las noticias diarias que evidencian sus estrechos vínculos con la empresa.
El papel de la Policía había sido duramente criticado estos días, después de que los propios afectados confesaran que sobornaron en varias ocasiones a algunos agentes para obtener información. La figura de Stephenson quedó tocada y el comisario luego no pudo salir a flote cuando se supo que había mantenido hasta septiembre de 2010 como consultor a Neil Wallis, ex subdirector del polémico dominical. Los años coinciden con la época en que Scotland Yard no llegó al fondo de la investigación de los sobornos y pinchazos telefónicos al considerar que se trataron de casos aislados. Los mentideros aseguran que Cameron no estaba al tanto de esta amistad y cuando salió a la luz este fin de semana montó en cólera.
Por si esto no fuera ya poco, la prensa británica publicó ayer además que Stephenson pasó este año cinco semanas en un balneario de lujo pagado por Wallis, un «regalo» al que se tendría que haber negado debido a su puesto. La estancia, valorada en 12.000 libras (13.700 euros), corrió a cargo del periodista.
En rueda de prensa, Stephenson recalcó que había una lección que aprender, pero que su integridad estaba «intacta». Además, repitió que no tenía conocimiento de la extensión de la mala praxis cuando en 2007 la investigación fue cerrada. A pesar de que justificó su marcha para no empañar la imagen de los próximos Juegos Olímpicos de 2012, a nadie se le iba el nombre de la cabeza del «News of the World» mientras pronunciaba cada una de sus palabras.
La dimisión de Stephenson podría estar relacionada con la comparecencia mañana martes de Rebekah Brooks, Murdoch y su hijo James ante la Cámara de los Comunes. Muchos consideran que su nombre podría verse salpicado, y de ahí su salida por la puerta pequeña.
Hoy mismo, la ministra británica del Interior, Theresa May, tenía previsto hacer una declaración en la misma cámara para expresar su «preocupación» por las relaciones a alto nivel entre Scotland Yard con periodistas del ya desaparecido dominical.
«No es sano acumular tanto poder»
«News Corporation acumula demasiada influencia sobre la vida pública británica», sentenció ayer el líder de los laboristas. En una entrevista publicada por «The Observer», Ed Miliband cuestionó el imperio mediático de Rupert Murdoch y abogó por una regulación sobre la propiedad de los medios.
«Es poco saludable acumular tal cantidad de poder en una sola persona, y esto ha propiciado los abusos», declaró el laborista, que además considera que la dimisión de Brooks, el cierre de «News of the World» y la retirada de la oferta de compra de las acciones de BSkyB son medidas «insuficientes» para paliar las malas artes informativas empleadas por el extinto diario durante años.
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