Suma y sigue

El Barcelona comienza a protagonizar una película que cambia poco en el argumento y los protagonistas. Comienza sin imponer su fútbol, juega sin grandes velocidades y sólo en el último cuarto de hora del primer tiempo toma posesión de la pelota, presiona, recupera con más prontitud la pelota, y finalmente, encuentra a Messi. Y gol. Habría bastado para ganar, pero Cesc remató la función. Suma y sigue.
El Oporto ya ha disputado dos jornadas de Liga en Portugal lo que le ha dado mejor preparación física. Esta condición y las dificultades que Mascherano y Abidal, dos centrales improvisados por segunda vez, posibilitaron el orden de los portugueses y sus ataques a la puerta de Valdés. Empujó más el Oporto durante media hora y el Barça, hasta el momento del gol, únicamente había disparado a puerta dos veces y la primera, de Pedro, fue ocasión para marcar.
Del equipo barcelonés se suele decir, en ocasiones, que es muy previsible y ya hay entrenadores que le encuentran las carencias, que las tiene, y más cuando en la alineación titular faltan Puyol, Piqué y Busquets. Lo imprevisible se llama Messi y contra ello todavía no hay antídoto. Les ha ocurrido a muchos equipos y anoche, en Mónaco, no necesitó vestirse de gala para ganar. Claro que en Mónaco el Barça no se siente obligado a vestir frac como tampoco lo hizo Puyol en el sorteo de la Liga de Campeones. Estiarte, que le puso pañuelo a la chaqueta de Pep Guardiola, no cayó en vestir formalmente al defensa.
Con Sergio Busquets, Guardiola recompuso la defensa, pero el Oporto siguió creando problemas. Dio ocasión para lucirse a Cesc y lo hizo. Fichaje justificado.