España

Una carrera para retrasar el alzhéimer

Más de 170.000 enfermos en las fases iniciales no tienen acceso a ningún tratamiento

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MADRID- «Yo estoy bien», afirma Francisco con rotundidad cuando le preguntan sobre su estado de salud. Es capaz de valerse por sí mismo y de realizar actividades cotidianas como fregar, vestirse, cocinar o coger el autobús, pero la realidad es que sufre alzhéimer –en una fase inicial de la enfermedad–, por lo que muchas de sus acciones requieren de una supervisión por parte de algún familiar o de personal cualificado. Su caso no es aislado. En España más de 170.000 personas padecen alzhéimer en una fase leve, lo que supone el 30% del total de enfermos con dicha demencia senil y, lo que es más grave, el 60% de los casos carecen de un diagnóstico.
A Francisco, de 73 años, le diagnosticaron alzhéimer hace ya cuatro años. «A nosotros nos costó asumirlo», comentan Mar y Alberto, dos de sus hijos, pero reconocen que él lo llevó con mucha más filosofía. Quizá la causa de ello fuera que Francisco ya conocía de cerca la enfermedad: «Hay varios precedentes en mi familia», relata a LA RAZÓN. No obstante, los momentos difíciles llegaron cuando el médico le empezó a privar de ciertas actividades como conducir. «Nos decía que podía hacerlo sin problemas», admiten sus hijos, que aseguran que Francisco es «autosuficiente para muchas actividades».
En la actualidad, las personas que sufren alzhéimer en este periodo inicial carecen de recursos terapéuticos adecuados y en la mayoría de ocasiones deben esperar a que la enfermedad evolucione para poder acceder a un centro en el que reciban terapias que les permita mantener su autonomía y funcionalidad. Esta es una de las principales quejas de los familiares que hoy, aprovechando la celebración del Día Mundial del Alzhéimer, pondrán de manifiesto. La respuesta de los ejecutivos autonómicos, escasa hasta la fecha, comienza a hacerse notoria y a destinar mayores recursos a esta enfermedad, que afecta en España a 800.000 personas. Ayer, la consejera de Bienestar de la Xunta, Beatriz Mato, anunció un nuevo sistema de atención a domicilio para estos enfermos que incluirá la estimulación cognitiva y funcional como novedad. Concienciado con la causa también se mostró Francisco Javier Fernández Perianes, secretario general de Atención Sanitaria y Social de Extremadura, que abogó por «enfatizar» la atención a personas con deterioro cognitivo.

Terapia pionera
Aunque es difícil que los enfermos en fases iniciales reciban tratamiento, hay algunos proyectos experimentales. El hospital Centro de Cuidados Laguna ha implantado un novedoso programa, pionero en España, para paliar la ausencia de cuidados y tratamientos a estos enfermos con una demencia en fase leve o deterioro cognitivo temprano. «Cuando recibimos a un nuevo paciente le realizamos un exhaustivo examen para determinar el estado de su enfermedad y poder trabajar con él de manera individualizada, viendo en qué aspectos tenemos que poner especial énfasis», explica María Gracia carpena, terapeuta ocupacional del centro. El programa conjuga su labor con la de un neuroterapeuta y la de un fisioterapeuta.

Cómo regenerar neuronas
Las últimas investigaciones han evidenciado la capacidad de las neuronas lesionadas para regenerarse y establecer conexiones nuevas. Por ello este centro ha apostado por un sistema de software para mejorar la estimulación cognitiva de los pacientes cuyo objetivo es favorecer la funcionalidad instrumental y que puedan gozar de la mayor autonomía posible, el llamado «neurofeedback», que regenerar y entrenar las conexiones neuronales perdidas mediante un sistema musical: «El paciente escucha música pero hay un momento en el que ésta deja de sonar. Es entonces cuando el cerebro tiene que trabajar, para volver al estado inicial de actividad y que actúe como si la música todavía continuase sonando», agrega la terapeuta ocupacional.


«Faltan recursos para tratar la enfermedad»
El diagnóstico precoz del alzhéimer y la implantación de tratamientos para retrasar su evolución supondría en España un ahorro económico de 601 millones de euros. No obstante, hasta que la enfermedad no está bien avanzada, no se empieza a trabajar. «Faltan recursos a nivel de prevención primaria», admite María Gracia Carpena, una terapeuta ocupacional. Su postura es clara: «Habría que hacer un mayor seguimiento a las personas mayores, porque a partir de determinada edad las demencias empiezan a aparecer. De hecho, para el año 2015 se prevé un aumento notorio de estas enfermedades para las cuales falta investigación».