Muerte «dulce»

No pudieron defenderse porque su asesino es invisible. Dos mujeres murieron ayer en un chalet del barrio de Hortaleza de la capital como consecuencia, según las primeras investigaciones, de una mala combustión de su caldera de gas. Sara Patricia, la primera de ellas, falleció mientras descansaba, en la planta baja de la casa, donde era empleada del hogar. La segunda, la dueña de la vivienda, pereció como consecuencia de los gases que innhaló cuando acudió en su auxilio. El monóxido de carbono, según explicó un portavoz del Samur que atendió a las dos víctimas y a una tercera mujer en la misma casa, cuyo estado es grave, provoca una profunda sensación de sueño y comienza por adormilecer las extremidades. Este motivo, sumado a la temprana hora a la que se desencadenó este suceso, apenas las siete de la mañana, pudo provocar que las víctimas fallecieran sin apenas percatarse de lo que les ocurría. Este suceso no es el primero de este tipo que ocurre en las últimas horas. El pasado jueves, en una casa de Vilalba (Lugo), otras dos personas murieron también intoxicadas. Su vivienda doblaba los límites y los técnicos detectaron hasta 350 partículas de monóxido por cada millón de partículas de aire.