Estados Unidos

Pseudomedicina: el negocio de las terapias milagro

A los clásicos productos «cazabobos» se suman empresas que, a través de la red, ofrecen tratamientos que atajan el sida, el párkinson o el cáncer. Para los expertos carecen de aval científico y las denuncias no se han hecho esperar 

Pseudomedicina: el negocio de las terapias milagro
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Inconformistas ante lo que la Ciencia y la Medicina les puede ofrecer hoy día, deciden buscar alternativas que se anuncian como rápidas y eficaces, pero que llevan oculto el logotipo de «cazabobos», como algunos expertos los denominan. No son medicamentos, no están regulados por los organismos a los que les compete, y ni mucho menos los avalan profesionales. Pero su negocio suele ser millonario.


No se trata sólo de clásicas pulseras para la tensión, cremas adelgazantes o productos contra la calvicie. La cosa está degenerando y ya atentan contra la esperanza y la vida de afectados por enfermedades muy graves. El caso más reciente acaba de salir a la luz. La organización Facua Consumidores en Acción ha denunciado ante el Instituto Nacional del Consumo y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) a la empresa «Magnetika Saiffe». El motivo: promete atajar patologías de difícil curación como la hipertensión, el sida y determinados tipos de cáncer (entre otras), mediante una terapia magnética. De hecho, se puede seleccionar la enfermedad que interesa en un menú desde su página web «terapiamagnetica.com».


Desde Facua explican que esta compañía vende sus productos en México, Estados Unidos y España a través de una estructura piramidal con una red de distribuidores y subdistribuidores. Por la red, dicha compañía asegura que su gama de productos magnéticos (plantillas, colchones, fajas, semillas e incluso calzoncillos) son muy beneficiosos pues «actúan de forma pasiva sin dolor ni efectos secundarios, es auto-aplicable en cualquier órgano del cuerpo afectado, regula los niveles de pH, facilita la actuación de los anticuerpos naturales del organismo y ayuda a eliminar el colesterol y los triglicéridos en arterias y venas».
Por su parte, Facua documenta que al hablar del cáncer, por ejemplo, «alerta de las graves repercusiones, mutaciones genéticas y efectos secundarios que pueden provocar la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia». En España la empresa utiliza otra marca a través de internet y suministra sus productos en el país desde su sede en Las Palmas de Gran Canaria.

Párkinson
Para el sida, el cáncer... Y párkinson. La denominada auriculoterapia es, para algunas clínicas, la alternativa eficaz para esta dolencia. Desde algunas webs nacionales se informa a los navegantes sobre la estimulación cerebral periférica como tratamiento. «Su punto de partida es la oreja, que está ligada al cerebro a través de nervios», señalan. Así, «las enfermedades con origen en el sistema nervioso central pueden ser tratadas con esta terapia, aunque la mayoría de pacientes que tratamos padecen párkinson».
Lo que hacen, según se lee en la red, es «reactivar su función a través de un estímulo neuronal permanente que proviene de la oreja. Y para conseguir este efecto se implantan pequeñas agujas de titanio en el cartílago». «Los microimplantes provocan un estímulo neuronal permanente, que es transmitido al cerebro y lo hace reaccionar».
Según fuentes de algunas de estas clínicas «para demostrar los efectos estamos empezando un estudio financiado por nosotros y que tenemos en trámite con el Comité Europeo». Pero no todos están de acuerdo con los beneficios que describen. María Gálvez, de la Federación Española de Parkinson, dice que «la gente está desesperada y como sus opciones terapéuticas se agotan, preguntan sobre esta terapia, pero no hay estudios científicos fiables que la avalen. Lo hemos denunciado al Ministerio de Sanidad el pasado mes de junio, aunque como las competencias son de las comunidades, pasó a inspección de la comunidad en la que se encuentran y estamos esperando». 


Las fuentes que trabajan en estas terapias afirman que «puede que haya pacientes a los que no haga efecto, pero a otros sí, y no es un tratamiento agresivo, por lo que no conlleva riesgos».
Por su parte, Francisco Vivancos, director de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital La Paz de Madrid, afirma que «carece de un aval científico suficiente. Pese a que hablan de unos 200 pacientes tratados, no hay publicaciones ni estudios clínicos basados en la evidencia». Vivancos añade que «la cirugía que realizamos es una estimulación cerebral profunda, y no periférica, como apuntan en la web».

Células madre
Lo que sea por curar lo incurable. Y si hace falta gastar los ahorros o poner en peligro la vida en un viaje a donde sea, se hace. Las cifras se disparan. 7.000 euros (tirando a la baja) se van con un tratamiento. Si se suman los costes del viaje y alojamiento, se convierte en algo prohibitivo. Todo por ir a clínicas privadas que ofrecen terapias con células madre no comprobados. Hoy, su uso en enfermedades como el párkinson, lesiones medulares o daño del nervio óptico aún es experimental. Por ello, recientemente un comité de especialistas mencionó unas clínicas concretas en Alemania y China donde asisten turistas de células madre para recibir tratamientos no autorizados, aunque podrían existir hasta 700 centros similares en el mundo, que ofrecen terapias celulares sin aprobación para embolias, alzhéimer, esclerosis múltiple, diabetes...


La Aemps recuerda que «no hay medicamentos basados en células madre autorizados para su comercialización en España o la Unión Europea», por lo que su oferta pública es ilegal. Según explica Damián García Olmo, jefe de la Unidad de Terapia Celular del Hospital La Paz, «sólo hay dos excepciones: para pacientes que participen en un ensayo clínico y en programas de uso compasivo. Fuera de estas modalidades «no está autorizada. Es un uso fraudulento». Lo que ocurre es que «estas empresas se aprovechan del boom mediático y de que las células madre son seguras, por lo que no sufrirán efectos secundarios y si la terapia no funciona, no se producen males mayores», aclara García Olmo.
La desesperación es la clave que moviliza a estos enfermos. Pero lo cierto es que «caemos» en casi todo.

No hace falta irse fuera para obtener productos que prometen adelgazar, mejorar el equilibrio y hacernos sentir mejor con nosotros mismos. ¿Quién no tiene en un cajón una pulsera Power Balance, con la que creyó aumentar su flexibilidad y su fuerza? El presidente de Facua, Francisco Sánchez Legrán, dirigió una carta a la Ministra de Sanidad, Leire Pajín, en la que reclamaba que se articulen medidas para retirar estos productos y sancionar a las empresas. Y es que Power Balance, según Facua, «presumía de haber vendido unas 300.000 unidades (lo que supone ingresos superiores a los 10 millones de euros).


Ileana Izverniceanu, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), explica que «recibimos reclamaciones y muchas consultas sobre este tipo de productos milagro. Tienen bastante "tirón", porque usan publicidades agresivas que juegan con las medias verdades. Por otra parte, el consumidor escucha lo que desea escuchar, como que tal pastilla «ayuda» a adelgazar, el consumidor escucha "adelgazar"y olvida, "ayuda"». Yolanda guarda una en el cajón. «Me la regalaron y la llevé cuatro meses, pero nunca noté nada. Creo que la gente la usa mucho por cuestión de moda, porque efecto no he notado ninguno». El psicólogo clínico y director de Quality Psicólogos, Enrique García Huete, aclara que «estos objetos tienen la característica de la facilidad. Si debemos hacer ejercicio y sacrificarnos para estar en forma, pero con una pulsera lo logramos igual, mejor la segunda opción. El perfil suele ser una persona sugestionable y con poco autocontrol, a la que los impactos de los anuncios les hacen más mella. A lo que se suma la baja autoestima respecto a su imagen corporal».

Adelgazantes
Este tipo de individuos son los que consumen de forma casi compulsiva productos supuestamente adelgazantes. Y si supieran que algunos han sido denunciados por contener altas concentraciones de hormonas tiroideas y sexuales, seguro que se lo pensarían dos veces antes de adquirirlos.
Los nutricionistas advierten de que son productos engañosos y no reducen tallas ni los kilos que prometen. Lo mejor es seguir el clásico: una dieta equilibrada y revisada por un experto unida al ejercicio físico. Aunque es más sacrificado, los resultados a largo plazo son más efectivos.

Senos
«Mejora tu autoestima y siéntete más segura», anuncian. Para ello, píldoras y cremas denunciadas desde hace tiempo. Las primeras, según los anunciantes, están «fabricadas con ingredientes naturales y reactivan las glándulas mamarias. Los componentes tienen características estrogénicas que reactivan las glándulas mamarias». Las cremas «estimulan el crecimiento de los tejidos del pecho, dejándolos firmes y mejor formados». La portavoz de la OCU sentencia que «están fallando los controles de las autoridades competentes. La ley que regula esta materia es el RD sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria que se vulnera alegremente. Además, la Administración debe controlar qué ha pasado con los productos ya retirados».