Navidad

Los comerciantes de Sol irán a los tribunales si sigue la acampada

La Puerta del Sol y sus calles colindantes configuran una Zona de Gran Afluencia Turística, un honor que permite a los 200 establecimientos de la zona abrir todos los días festivos del año. Pero este privilegio no compensa si el resto de días de la semana hay un campamento asentado bajo sus escaparates.

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Los turistas pasean entre las carpas montadas con curiosidad. Leen las pancartas, los carteles y observan los puestos montados. Fotografían el ambiente, las tiendas de campaña y se pierden entre las calles creadas por los «indignados». Sin embargo, ninguno de ellos entra a los comercios de la Puerta del Sol. Ni los turistas, ni los propios madrileños. «A partir de las 19:00 horas no entra nadie a los establecimientos», explica un comerciante de la plaza. Hace un par de días la asamblea de políticas que se celebraba al mediodía fue interrumpida por un comerciante de la calle Arenal muy enfadado que les increpó diciendo: «Y a nosotros que nos jodan, ¿no? Lleváis una semana entera molestando». Tras decir esto, fue abucheado por el grupo reunido y se marchó de la misma forma que llegó, indignado.

No es para menos. Las pérdidas ya rondan el 70 por ciento, por lo que no descartan emprender acciones legales si el movimiento se mantiene allí por más tiempo. «Esto es un desastre, no podemos hacer nada. Que protesten y se vayan porque como sigan aquí nos hunden», afirma Alejandro, encargado de la cafetería Europa de la calle El Carmen esquina con Sol. En la plaza, en cambio, los quiosqueros sufren la avalancha humana cada día. Se sienten «sitiados», ya que los manifestantes rodean los quioscos de prensa con sus tiendas de campaña y cartones. «No quiero comentar, con mirar mi cara ya se ve lo que me parece», afirma uno de ellos. El gremio está muy molesto con lo que les está ocurriendo y desde la Confederación de Comercio de Madrid (COCEM) ya han avisado de que si esto continúa así, estudiarán la forma de llevarles a los tribunales, pero por el momento mantienen una postura «prudente» hasta mañana.

La mayoría de los comerciantes viven una situación «insostenible», ya que no pueden soportar la caída continuada de ventas más de una semana. Por si eran pocas las consecuencias que les ha traído la crisis, la acampada de Sol está agudizando éstas aún más. «Hay mucha gente pero vienen a mirar y a hacer fotos. Han desaparecido los paseantes y las familias de compras», dice Ana María Justo, empleada de una heladería. Además, el problema puede persistir y con ello, la preocupación entre los dueños de los comercios, ya que según Alejandro, «al permitir esto están sentando un precedente terrible. Si esto se monta por unas municipales, estoy temiendo las generales».