Cataluña
Sánchez-Camacho amenaza con retirar su apoyo parlamentario a Mas
El pacto fiscal abre una brecha con CiU, a quien exige que retire su política identitaria
BARCELONA- De todos los escenarios posibles, el guión más compartido sobre las relaciones entre CiU y PP era que la pareja rompería durante la negociación del pacto fiscal en Madrid. Pero la resolución del pleno del pasado miércoles del pacto fiscal en el Parlament amenaza con avanzar los acontecimientos. El goteo de respuestas que van ofreciendo dirigentes del PP en Madrid confirman que Mariano Rajoy no tiene intención de aceptar la propuesta de Artur Mas. Incluso, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó el viernes, tras el Consejo de Ministros, que no es partidaria ni siquiera de negociar ahora el pacto fiscal.
Alicia Sánchez-Camacho, molesta con la actitud de los nacionalistas, explicó ayer que su partido sopesa retirar el apoyo parlamentario a CiU a la vuelta de las vacaciones. En una entrevista con la agencia Efe, la presidenta del PP catalán acusó a CiU de alimentar la confrontación con el Gobierno. A los nacionalistas les interesa que el más que probable portazo de Rajoy al pacto fiscal resuene para vestir las próximas elecciones autonómicas de plebiscito.
Elecciones en primavera
Mas ha sacado adelante los dos presupuestos que ha elaborado hasta la fecha gracias al apoyo del PP. Los seis diputados que separan a CiU de la mayoría absoluta, le obligan a buscar socios. A Mas se le presenta un otoño complicado. No sólo tiene que hacer el más difícil de los «sudokus» para cuadrar unas cuentas austeras con las que intentar cumplir el objetivo de déficit, sino que además está obligada a recabar apoyos. Porque si no encuentra un socio para aprobar los presupuestos, Mas se verá obligado a anticipar las elecciones.
Sánchez-Camacho avanzó en la entrevista que no permitirá un nuevo plan de ajustes mientras CiU salvaguarde sus políticas identitarias, «manteniendo subvenciones, embajadas y gasto identitario». La presidenta del PP catalán reprochó a Mas que no está cumpliendo con los compromisos que firmó con los populares a cambio de su apoyo a los presupuestos de 2011 y 2012 como no reducir las «embajadas» catalanas, la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales o el número de empresas públicas para ahorrar. Y avisó de que en esta segunda etapa de la legislatura, el PP será mucho más «exigente» con el Govern. Prueba de ello es que si el PP no ve un cambio de actitud, no se sentará a negociar unos terceros presupuestos.
Al enojo del PP con la gestión del gobierno de Mas, hay que sumar la tensión derivada del pacto fiscal y de decisiones del Gobierno como subir el precio de los peajes o centrifugar el déficit hacia las autonomías. El portavoz del PSC, Jaume Collboni, acusó a PP y CiU de actuar igual y lamentó que ambos vinculen el pacto fiscal con debates partidistas.
CiU, por su parte, acusa al Gobierno de responder al pacto fiscal con una estrategia recentralizadora y con decisiones que asfixian financieramente a Cataluña. Pero Sánchez-Camacho insiste en que son los nacionalistas los que tienen una actitud arisca con el Ejecutivo. «El talante catalán se había caracterizado por la moderación y el consenso y a mí me está sorprendiendo la manera de expresarse y relacionarse del Govern con el Gobierno», lamentó. Habló del lenguaje y los gestos del conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, y el portavoz del Govern, Francesc Homs.
ERC y PSC podrían postularse para sustituir al PP como pareja de baile del Govern. Pero a ambos partidos, de izquierda, les será difícil apoyar unos presupuestos tan impopulares como austeros.
✕
Accede a tu cuenta para comentar