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Guerrero cuenta chistes en prisión sin descartar tirar más de la manta

Guerrero cuenta chistes en prisión sin descartar tirar más de la manta
Guerrero cuenta chistes en prisión sin descartar tirar más de la mantalarazon

SEVILLA- Permanece privado de libertad desde la noche del pasado viernes pero no se ha adaptado mal a su situación de reo. Según fuentes próximas al ex director general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, pese a llevar pocos días en el Centro Penitenciario de Sevilla I, se relaciona con el resto de presos del módulo de ingresos con la actitud «dicharachera» que le caracteriza, e incluso «cuenta chistes».
Confirman que no le han aplicado el protocolo «antisuicidio» destinado, entre otros reclusos, a quienes su ingreso en la cárcel pudiera desestablizarlos emocionalmente hasta el punto de intentar autolesionarse.

No parece ser el caso del imputado en el caso de los ERE fraudulentos que destapó el «fondo de reptiles». El libro de ingresos de la prisión ya tiene su nombre pero Guerrero está demostrando ser «genio y figura» hasta entre rejas, explican las mismas fuentes.

De hecho, su abogado Fernando de Pablo, quien ayer adelantó a LA RAZÓN que hoy visitará a su cliente, asegura que, tras conocer la decisión de la instructora Mercedes Alaya de mandarlo a la cárcel, aduciendo riesgo de fuga, lo dejó «aparentemente bien, muy entero». Con todo, el entorno del ex directivo del Gobierno andaluz apunta que se encaminó a las instalaciones penitenciarias «dolido». ¿Una de las causas? Los representantes legales de la Junta y el sindicato UGT «pidieron prisión para él», cuando, según ha mantenido Guerrero, entre sus filas se conocía cómo se repartían las ayudas públicas procedentes de la partida presupuestaria 31L.

En ese sentido, ante la pregunta de si creen que el primer encarcelado por la trama de los ERE pudiera «desvelar» en el futuro más datos de su etapa como director general –los «ciertos hechos» a los que aludió Alaya en su auto– , su respuesta es que «no saben lo que ocurrirá». En otras palabras, no descartan que el nuevo inquilino de las paredes de Sevilla I, «al que ahora nadie parece conocer», pueda volver a «tirar de la manta» en los próximos meses.