Murcia
España rica españa pobre por José Clemente
Las cifras del paro en España ofrecidas por la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre alcanzan ya la categoría de drama nacional. Los datos del desempleo, que hablan por sí solos e invitan a tantas lecturas, pronósticos y vaticinios como se quieran buscar en función de quien los maneje, indican de manera fehaciente tres aspectos fundamentales de nuestra economía que se apuntan como posibles causantes de la catástrofe. En primer lugar, España reaccionó tarde y mal a la hora de hacer frente a la crisis cuando todos los países de nuestro entorno llevaban meses, por no decir años, luchando contra ella para evitar el hundimiento que se veía venir. El segundo aspecto es que una vez diagnosticada la enfermedad no se acometieron los planes de reforma laboral y financiera que necesitábamos, esperando de manera simplista a que escampara pese a las reiteradas advertencias de nuestros vecinos. Y, en último término, una vez conocido el estado de daños, evaluado el volumen de nuestra deuda y cuantificada nuestra recuperación, no se lanzó a tiempo el correspondiente «may day» a la UE en forma de rescate, ayuda o como se quiera, a la espera de hacerlo conjuntamente con los italianos, para que acudieran en nuestro socorro y se evitara llegar a unas cifras de paro similares a las de 1970, se destruyeran cerca de 600.000 empresas y volviéramos a las «dos Españas», la rica del norte y la pobre del sur (16 provincias superan el 30 por ciento de paro), y con más de 400.000 jóvenes que han hecho las maletas como nuestros antepasados las hicieron camino de Alemania, para buscar empleo en otras partes del mundo. Y eso no es culpa de Rajoy, porque las cifras del paro ya superaban, y de lejos, los cinco millones de españoles cuando Rubalcaba se propuso como candidato del PSOE para suceder a Zapatero al frente del Gobierno, un Rubalcaba y un Zapatero, verdaderos causantes de la mayor crisis de España del último siglo y medio. De los datos, de los fríos y duros datos que arroja la EPA no quiero hablar para no deprimirme, aunque solo valga recordar que nuestro país ha alcanzado los 5.778.100 desempleados, es decir, un 25,02 por ciento de la población activa, que ahora se sitúa en 17.320.300 personas, unas cifras que nos ponen a la cabeza del paro en Europa, por encima de Grecia (24,6 por ciento), y con un borrascoso horizonte que seguirá perturbándonos hasta mediados de 2013. Si estos datos los comparamos con otros países de nuestro entorno tendremos la verdadera dimensión del drama, aunque no estemos tan lejos de algunas de las previsiones lanzadas a comienzos de año cuando se previó una cifra del paro en torno al 24,3 por ciento. Trasladado todo ello a la Región de Murcia hay que recordar que estas cifras de ahora no se habían previsto ni para el peor de los casos, aunque el incremento de parados haya subido poco más de tres puntos. Si estas cifras no se esperaban, tampoco lo era que la Región registrase en estos dos últimos trimestres un fuerte incremento de su población activa, lo que hace engordar las cifras del paro y, al tiempo, los gastos en población. De ahí que Valcárcel insista una y otra vez en que se reconozca la verdadera población de la Comunidad, que se sitúa por encima de lo que dicen las cifras oficiales en casi medio millón de personas.
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