Literatura

Moscú

El Govern cuenta ahora con los autores en español para divulgar Cataluña

El Ramon Llull invitará al Salón del Libro de París a escritores a los que daba la espalda

Una imagen de la Feria de Fráncfort de 2007 en la que la cultura catalana fue la invitada de honor
Una imagen de la Feria de Fráncfort de 2007 en la que la cultura catalana fue la invitada de honorlarazon

BARCELONA – Giro de la política de la Generalitat. Barcelona será la invitada de honor en la próxima edición del Salón del Libro de París, entre el 22 y el 25 de marzo de 2013. El Institut Ramon Llull, igual que sucedió durante la Feria de Fráncfort de 2007, será el encargado de preparar la programación catalana en este certamen.

Sin embargo, habrá un importante cambio en la política del Llull, invitando no solamente autores en catalán sino a los que han optado por el castellano como lengua literaria. Así lo confirmó ayer a este diario el director de este organismo, Àlex Susanna, explicando que a París viajarán «una veintena de escritores entre novelistas, autores de narrativa infantil y juvenil, de género, no ficción e ilustradores. Será un grupo muy heterogéneo y, naturalmente, hemos invitado a los escritores catalanes en lengua castellana».

Susanna aseguró que todavía es pronto para saber quiénes son los autores que irán a la capital francesa, pero su presencia estará ligada a que tengan una novedad literaria en el mercado en esas fechas.

Apoyo del la Generalitat
El Ramon Llull sigue la línea de trabajo que desde haces unas semanas sostiene la Generalitat, defendiendo el castellano como una de las lenguas de Cataluña. El Govern reivindica que el castellano será lengua oficial en un hipotético estado catalán, tal y como expresó ayer Francesc Homs, portavoz de la Generalitat. En declaraciones a Catalunya Ràdio, Homs consideró «razonable» mantener la cooficialidad lingüística actual, como también sugirió el presidente de ERC, Oriol Junqueras.

El cambio de estrategia en la política cultural de la Generalitat tiene un antecedente el pasado verano, cuando Carles Duarte, presidente del Consell Nacional de la Cultura i les Arts (CoNCA), planteó que «debería ser posible» que un escritor catalán en lengua castellana pueda obtener el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat. También remarcó que estos autores «no son tratados justamente ni aquí ni fuera de aquí», y argumentó que en otras modalidades, como la de cine, la Generalitat ha premiado a creadores como Isaki Lacuesta, que rueda sus filmes en castellano. Las palabras de Duarte contaron con la sonora oposición de, entre otros, Jordi Pujol, que respondió que el citado galardón estaba destinado a los autores que tienen el catalán como lengua literaria.

El cambio de criterio conllevará incluir nombres con los que el Institut Ramon Llull nunca había contado, como Juan Marsé, Enrique Vila-Matas, Eduardo Mendoza, Javier Cercas, Ana María Matute o Carlos Ruiz Zafón. Con motivo de la Feria de Fráncfort de 2007, cuando la cultura catalana fue la invitada de honor, la conselleria de Cultura, vetó la presencia de estos escritores, provocando una agria polémica. Pocos días antes del certamen, modificó e intentó contar con ellos, pero todos declinaron la invitación del entonces director del Institut Ramon Llull, Josep Bargalló, porque les habían utilizado con objetivos políticos.

En el pasado, la Generalitat solamente había contado en eventos de estas características con autores que alternaban las dos lenguas, como Pere Gimferrer o Carme Riera.

 

Una oportunidad para ampliar mercado en Francia
Barcelona tomará el relevo en París de Moscú y Japón, los dos últimos invitados al Salón del Libro. Se trata de un certamen de referencia en el sector editorial, especialmente pensado para poder abrir nuevas vías para divulgar autores en el importante mercado francés. Lo demuestra que, en la pasada edición, el conjunto del mundo editorial del país vecino estuvo representado por los 1.200 editores de trece regiones. Para Cataluña puede ser una buena oportunidad para divulgar toda la potencia de su literatura en catalán y en castellano.