Balón de Oro
El sucesor
Iker Casillas ha contribuido a la conquista de títulos del Madrid en mayor proporción que cualquiera de sus estrellas contratadas con bandera, banda, música y alfombra roja. Sus intervenciones han sido tan efectivas que muchos partidos los ha ganado su equipo gracias a ellas. En la Selección nacional también han sido prodigiosas algunas de sus intervenciones. Baste recordar el penalti que paró en el reciente Mundial. Casillas está en lugar destacado en la historia de los grandes porteros. Todos han tenido heredero y, afortunadamente para el fútbol nacional, de similar categoría profesional. Hoy, Casillas ya tiene sucesor: David de Gea.
El joven guardameta del Atlético de Madrid ya no está entre los futbolistas con futuro. Es realidad sobradamente contrastada. Como Casillas en el Madrid, aparece prodigioso en partidos trascendentales. Se confirmó la pasada temporada y ha aguantado el tipo en encuentros de competición internacional. En cuatro días ha reafirmado su condición de jugador excepcional. Con sus paradas evitó que el Barcelona goleara al Atlético y con sus apariciones espectaculares en Mestalla consiguió que su equipo obtuviera el empate. A este paso al final de temporada habrá que sumarle los puntos atribuibles a su haber.
Todo equipo con aspiraciones debe comenzar a formarse por la portería. Es más importante incluso que el defensa central, el ordenador del juego y el delantero centro. Las victorias empiezan por el cero en la portería. De Gea, futuro sucesor de Casillas, es la mayor garantía actual del Atlético. Conservarlo costará un Potosí, porque ya hay varios clubes al acecho. Venderle sería gran negocio. Es diamante pulido. Oro en paño.
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