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«Necesitamos más valores que el del dinero»

«Necesitamos más valores que el del dinero»
«Necesitamos más valores que el del dinero»larazon

palencia- «No hay que preocuparse tanto del dinero, de lo que se cobra, como de hacer bien las cosas. Esta sociedad necesita otros valores». Son palabras de Javier del Burgo, propietario de la Librería del Burgo, en la calle del Marqués de Albaida, de Palencia. El mismo que nos dice que «éste es un buen trabajo pero un mal negocio».
«Ningún día me levanto y digo: qué poco me apetece ir a la librería, porque la gente que viene aquí es creativa, culta... vengo para pasármelo bien». La experiencia de Javier es digna de contar. Se lanza al negocio en 2000, y en los dos primeros años compagina la tienda con otros trabajos para «tirar para adelante». «Los ingresos no daban ni para pagar gastos. Así que ponía copas en bares cuando cerraba viernes y sábados». Ahora no es un negocio boyante, pero Javier es feliz, colocando estanterías o charlando con los clientes sobre novedades editoriales.

«Éste no es un negocio que resulte una locura en cuanto a ventas, pero sí en cuanto a trabajo», confiesa. Cada día llegan a su local textos: «los echas un vistazo, compruebas que no llegan deteriorados y los colocas para que a los dos meses tengas que devolver un 70 por ciento de ellos». «Se trata de traer y devolver libros y, entre medias, vender algo», dice.

En el negocio librero, en Palencia pasa como en cualquier otro: hay un porcentaje más elevado de establecimientos que el que se puede mantener. «En estos años han cerrado seis y han abierto otros tantos», indica Javier.

Las razones del cliente
«Te pueden pedir libros de cualquier tema -explica- (en el transcurso de la entrevista lo comprobamos: entran preguntando por cualquier publicación sobre la cultura maya, por aquello del fin del mundo)- y algunos pueden quejarse de que no hay lo que piden, pero creo que damos una buena atención al cliente.

En cuanto a la oferta en Librería del Burgo, es variopinta. Desde lo que impone el cliente -o los medios de comunicación-, a los libros que Javier cree que pueden funcionar bien y otros que a él le apetece ofrecer. Por otro lado, una parte importante de su negocio responde a peticiones editoriales, que pueden suponer el 40 por ciento de las ventas, argumenta.

Libro electrónico en ciernes
En cuanto a la incidencia que podrá tener el «e-book», Javier considera que no rebajará ni a la mitad las ventas del libro convencional. «El libro tiene un muy buen formato, no como el de la música», afirma, si bien, avisa de que «los derechos de autor deben enfocarse desde un plano diferente, porque pese a tener un nivel cultural como para saber que si no pagamos, se dejará de publicar, lo seguimos haciendo. Somos así». Pero, como manifiesta a renglón seguido, «el mundo editorial es una locura, tan caótico como esta sociedad». Y nos pone un ejemplo: se puede editar un libro en Palencia, pero la centralización de distribuidoras hace que a veces sea imposible ofrecerlo al cliente, porque desde Barcelona se ha focalizado en un vendedor concreto.
Hasta la fecha, el libro electrónico ha supuesto una rebaja en las ventas de su tienda de entre el 15 y el 20 por ciento y asegura que los clientes que antes venían más ahora los siguen haciendo, pero para adquirir formatos mejores. «Tras haberse leído un libro, solicitan la edición más cuidada, productos más especiales. Ahora bien, el formato electrónico hace que se pierdan cosas buenas que aporta el papel».

 

De cerca
Javier del Burgo lleva diez años tras el mostrador de su librería. Tiene 42 y asegura estar contento por el trabajo que desarrolla. «Creo que aporto algo con mi espacio de literatura, con mis conocimientos de libros... hacemos exposiciones», apunta. Y confiesa que la caja mensual no es para tirar cohetes -salvando las navidades, que aportan más ingresos-, pero que tiene lo que necesita. Javier estuvo anteriormente, durante otra década arreglando electrodomésticos, reponiendo productos en las baldas de un hipermercado, y nada le ha llenado como este oficio de librero. Impulsor junto a varios amigos de asociaciones culturales y una galería de arte en Palencia, Javier pide para los autónomos más amparo. «Si cerramos, si despedimos a nuestros contratados, reciben paro. Nosotros nos hundimos».