Portugal

Confidencias por María Acacia López-Bachiller

Tuve el privilegio de empezar a la vez que Seve. El Open de España del 74 en La Manga fue nuestro primer torneo Europeo. Compartí 28 años no con la leyenda ni el golfista, sino con el amigo.

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Entonces nadie hablaba de golf en España; Seve empezó a ganar títulos por todo el mundo y yo, a contar a la Prensa lo bueno que era y lo que significaban sus triunfos, tarea en la que continúo inmersa, fiel a su figura e imagen. Con Seve compartí tantos momentos que no sabría cuál destacar: alegrías, triunfos, derrotas, frustración, enfados, batallas… Peleó contra todo y contra todos; me decía: «María Acacia, las cosas tienen que cambiar, no hay nada imposible». ¡Vaya si las cambió! Descubrió el golf para España, atrajo patrocinadores al Circuito Europeo y, principalmente, varió el rumbo de la Ryder Cup.

La Ryder del 89 fue para mí la primera de ocho; viviéndola en el «team room» y siendo testigo de escenas imborrables. En la Ryder, Seve era más Seve que nunca, culminando en Valderrama con un sueño cumplido. Me senté a su lado en innumerables ruedas de prensa –interesantes, instructivas, divertidas e incluso tensas–; compartimos almuerzos, cenas y mantuvimos larguísimas conversaciones; con frecuencia le decía lo que él no quería oír. De los viajes, nunca olvidaré cuando fuimos juntos en helicóptero desde Portugal a Valderrama por la costa: el Coto Doñana, las desembocaduras del Guadiana y Guadalquivir… Un viaje precioso.

Conocí a sus novias, y a Carmen Botín, una mujer maravillosa que dio todo por él. Sé que fue feliz cuando nacieron sus hijos Javier, Miguel y Carmen. Era un padre orgulloso que se le caía la baba cuando Carmencita le llamaba «Papote». Hasta aquí, mis experiencias inolvidables con Seve. A partir de ahora, sé que serán sus tres hijos quienes pongan de manifiesto, al mundo en general y al golf en particular, la imagen que se mereció su padre.

María Acacia López-Bachiller es Jefa de Prensa del Circuito Europeo en España